Los psicólogos aconsejan no forzarse a estar alegres sólo por ser Navidad

La iluminación, la publicidad y la programación de los medios de comunicación invita estos días a la sonrisa y a la felicidad. Sentimientos encontrados y difíciles para un alto porcentaje de la población que sufre alguna enfermedad mental. Sin llegar a una patología grave, el recuerdo por la pérdida de un familiar, por el abandono del hogar por parte de los hijos ya mayores o una depresión pueden convertir estos días navideños en una difícil etapa. Los psicólogos almerienses animan a no forzarse a estar alegres.

“Conviene aceptar los sentimientos propios y respetar los ajenos. Se puede ayudar a facilitar la alegría pero sin forzar a sentir lo que no se puede”. Así lo apunta el psicólogo Alfonso Ibáñez, que reconoce cómo determinadas situaciones personales pueden provocar rechazo ante la felicidad ajena. Algo que puede acentuarse en esta época del año.

Aún así, conviene recordar que la alegría “no es una obligación”, sino una posibilidad y “no es un problema no sentirse alegre” en un momento determinado, dice Ibáñez, que anima a quienes no pueden superar determinadas situaciones por sí mismos a buscar la ayuda de un profesional.

Para Francisca López Ríos vicedecana de la facultad de Psicología de la UAL, la fechas navideñas son, en nuestra tradición cultural, épocas de reuniones familiares, comidas, felicitaciones y regalos. Además, todas las imágenes que se proyectan son imágenes de felicidad por el contacto con las personas que queremos y por compartir mesa y regalos. Además, esas imágenes son muy insistentes, es decir, están por todas partes y desde fechas cada vez más tempranas. “Cada una de esas imágenes nos coloca psicológicamente en situaciones de comparación de forma que si la felicidad es todo eso que nos muestran los medios, si por distintas razones no se tienen, el estado de ánimo se viene abajo”, dice López Ríos.