Después de pasar un año bajo tierra a cuatro metros de profundidad dentro de una arqueta de barro, arropado entre paja, harina de sangre y envuelto en papel de periódico de La Voz de Almería, el pasado 4 de abril volvía a ver la luz tras ser desenterrado el primer gran reserva de Bodega Palomillo: el vino ‘Resurrección’.
No cabía esperar un nombre mejor para designar al resultado de esta innovadora idea para madurar un crianza, el Paco Palomillo, que ha pasado por un recorrido sin duda singular que lo ha llevado a reposar en barricas de roble americano, a las bodegas del grupo y a ser enterrado bajo tierra durante toda la pandemia, para volver un año después a ver la luz un Domingo de Resurrección.
En concreto, las botellas recibieron 'sepultura' en el espectacular paraje de la pedanía de Los Gázquez, en Vélez-Rubio, donde también se encuentran las bodegas de Palomillo.
Como si de una cápsula del tiempo se tratara, las páginas de La Voz de Almería que lo envuelven dan fe del día en el que fue sepultado. "Más confinados", reza la primera plana de la edición de ese 29 de marzo, que ha servido para vestir a este caldo, un coupage (mezcla) de Shiraz, Merlot y Tempranillo.
Por eso, casi se podría decir que los 900 litros de Resurrección han estado también "confinados" tal y como reconoce Francisco García Parra, gerente de Bodegas Palomillo y uno de los artífices de esta curiosa idea, con la que se coloca a la vanguardia de la innovación en la producción de vinos.
El recorrido del reserva empieza hace cuatro años en una barrica, para ser posteriormente embotellado durante otro año y volver al siguiente a los toneles de roble americano. Hasta aquí todo normal, pero es en este punto cuando súbitamente, como una iluminación llegada ya en plena pandemia, surge la novedosa idea. "Lo enterramos, con la esperanza de un año después sacarlo y encontrar un gran caldo con el que poder brindar la próxima Navidad de 2021, por todo y todos", afirma García recordando las fechas en las que estará disponible para su adquisición.
Pero no acaba aquí la historia. Y es que el envase en el que se comercializará el vino también será excepcional. Para preservar sus condiciones de humedad y temperatura, las botellas de Resurrección se van a vender lacradas en un envase de cerámica el cual habrá que romper para extraer este néctar.
Como un guiño a su periplo subterráneo, dentro de su sarcófago de cerámica, aquellos que lo compren a partir de las próximas Navidades, encontrarán al vino arropado de nuevo con su página de La Voz de Almería del día 29 de marzo de 2020, que lo acompañó durante todo un año.
Mucho ha cambiado este último año, pero no todo a peor.
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