El ganchillo siempre ha sido una tradición profundamente arraigada en los pueblos alpujarreños y en los que tienen una conexión cultural e histórica con esta zona que une las provincias de Almería y Granada, que se dan la mano en Sierra Nevada. Relativamente cerca de este entorno, a las faldas de la Sierra de Gádor, está la Villa de Vícar, parte vieja pero más coqueta de un municipio en la que su tradicional encuentro de bolillos se ha adaptado a los nuevos tiempos y está siendo todo un éxito que une a distintas generaciones.
Bajo el nombre 'Ganchilleando y punto', esta iniciativa del Consistorio vicario está superando todas las expectativas en muy poco tiempo. Y es que el pasado mes de febrero empezaron a repartirse las bolsas con lana para los participantes y, gracias a las manos de las tejedoras y algún que otro tejedor, a día de hoy ya podrían cubrirse prácticamente los cuatro kilómetros de largo que tiene el bulevar, siendo la clave, más que las horas invertidas, que no son pocas, el alto nivel de participación que hay.
Coser, cantar y contar historias
Se organizan encuentros en cada barrio, en salas municipales habilitadas para ello e incluso en casas particulares. Allí se juntan personas de todas las edades, con las mujeres mayores ejerciendo de maestras para los participantes más jóvenes, creando una conexión intergeneracional que, en los tiempos que corren, ya parecía perdida. Pero no, una tradición milenaria ha vuelto a unir a abuelas con nietos, a madres y padres con hijos, fortaleciendo además lazos entre vecinos en un precioso contexto en el que la palabra también es protagonista.
Las horas pasan volando mientras se teje, y más aún si una buena conversación ameniza la tarde mientras trabajan las manos. Las técnicas del ganchillo se pasan de una generación a otra en estas reuniones, pero también las historias familiares, las del municipio y cientos de anécdotas. No solamente se unen los coloridos trozos de lana, también las personas en esta actividad pensada para todas las edades que vuelve a estar de moda.
Tanto están gustando estas labores que cada vez son más los vecinos que se animan a apuntarse, a compartir tiempo y experiencias con los mayores del pueblo, con esa conocida como "generación heroica", desde que llegó la pandemia de COVID-19, que mantiene muy viva una tradición que fomenta la participación y, además, aportará en breve al municipio otro encanto más.
Como decoración en primavera
Las piezas que se están haciendo con la lana terminarán decorando, cuando llegue la primavera, Vícar Pueblo, que acaba de entrar a formar parte de la privilegiada red de Pueblos Mágicos de España. Esa es la idea tras ver la cantidad de paños que se están haciendo en los distintos barrios. Y más que se harán durante estas próximas semanas, ya que hasta un instituto ha pedido unirse a esta experiencia.
Las mujeres mayores acuden a las aulas como 'maestras' del ganchillo para decenas de jóvenes alumnos del ciclo medio de Auxiliar de Dependencia del IES Puebla de Vícar. Otra forma de evitar que esta preciosa tradición se quede en el olvido, convirtiéndose gracias a estas actividades en una forma de 'heredar', de una generación a otra, una seña de identidad. De hecho, en Vícar, se celebrará en verano de 2023 el Festival de la Alpujarra, donde además de los productos artesanales estas piezas de ganchillo serán una buena muestra de la belleza tradicional de los pueblos almerienses por los que fluyen los aires de la descendencia alpujarreña.
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