“El Padre Nuestro de nuestra agricultura se llama I+D+i”

“El Padre Nuestro de nuestra agricultura se llama I+D+i”

José Antonio Arcos
11:26 • 27 feb. 2012
Juan Antonio Petit nació en Valencia en 1930 y desde 1952 reside en Almería. Es la elegancia del campo almeriense. Y también el ejemplo. Petit ha estado presente en todos los hitos importantes del campo almeriense, sobre todo en la comercialización. Ahora, ya jubilado, sigue atentamente la evolución del sector, pero desde el sosiego, la tranquilidad y la reflexión.

¿Qué necesita el ‘modelo Almería’ para garantizar su futuro?

Hemos conseguido grandes avances en investigación y desarrollo, es un aspecto ya conquistado; ahora hay que aunar esfuerzos en la innovación, donde hemos avanzado pero nos queda recorrido. El Padre Nuestro de nuestra agricultura se llama I+D+i.

Coexphal, Agromurgi, el Merco o Expo Agro. Usted siempre ha estado ahí, ¿con qué se queda?

Con la calidad humana. Es lo mejor de nuestro campo y se ve en los agricultores, hombres y mujeres, pero también en quienes trabajan en la comercialización. El ‘modelo Almería’ es el de una economía muy participada que está hecha por personas valientes.

La Expo Agro, que usted la vio nacer, ha pasado ahora a la primavera. ¿Es un evento necesario?

Sí y mucho. La Expo Agro, como sea, debe mantenerse porque es un espejo donde poder mostrar todos los adelantos técnicos del sector, que son muchos.

¿Recuerda cómo fueron las primeras ediciones de esta feria?

Claro. Recuerdo el trabajo y el esfuerzo que requirió su consolidación. Tuvo distintas ubicaciones. Por ejemplo, se celebró en la zona de Levante del puerto, en la capital; también en Roquetas; o en El Ejido, en lo que era el Merco, donde se desarrolló en una ocasión. Ahora no podemos dejar que muera aquel ímpetu y hay que seguir apostando mucho por la feria.

Estamos en la sede de Coexphal. En 1977 estuvo usted empujando para hacerla posible, ¿cuáles eran los problemas de entonces?

Recuerdo que costó mucho constituir Coexphal como asociación, a través del Ministerio de Comercio. En aquella época otras zonas como Canarias, Murcia o Alicante nos lo pusieron difícil porque temían el gran potencial que tenía Almería. Como se ha demostrado. Y en cuanto a los problemas, entonces el mayor era el de crear calidad: buena presentación, conservación de producto, etc. Hoy día, somos ejemplares en calidad.

Usted siempre ha sido un defensor acérrimo de la agricultura de la provincia y de su potencial. Incluso prefirió quedarse en Almería y no volver a Valencia cuando se le presentó la ocasión, ¿no?

Sí. Llegué en el 52 con F.E.S.A. (Frutos Españoles S.A.) dedicada a los cítricos y que en aquella época quería exportar a Inglaterra uva de Ohanes. Por eso vine. Luego hubo un cambio en la dirección de la empresa y querían mandarme de director a la Comunidad Valenciana, pero yo me negué porque vi el potencial que había en Almería. Preferí quedarme sin trabajo y quedarme y apostar por Almería. Y pronto encontré un nuevo trabajo.

En aquella época nació Mercoalmería en El Ejido en lo que hoy día es Canalex. Allí consiguió ese otro trabajo, ¿cómo ocurrió?

Corría el año 1973 cuando se constituyó Mercoalmería por parte del Ministerio de Agricultura. El objetivo era confeccionar género y mandarlo al mercado nacional. Pero yo veía que Almería tenía mucho más potencial y que podía exportar a Europa. Estuve hasta el 84 en el Merco, pero como no querían exportar y yo veía que ése era el futuro, entonces con un grupo de agricultores emprendedores y que querían exportar fundamos Agromurgi (hoy día, Murgiverde).

Con Agromurgi empezaron a exportar y Almería miró más allá de los Pirineos. ¿Cómo eran aquellas primeras exportaciones?

Las primeras se hicieron a Perpiñán, que fue el primer mercado de Almería en el exterior. Después nuestro sector se saltó Perpiñán y empezamos a mandar directamente a París. Más tarde vendría Inglaterra y a continuación Alemania. Recuerdo un contacto que






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