Níjar rinde homenaje a su maestro Juan Pujazón

En Níjar, Juan Francisco Pujazón García ha sido una verdadera institución. Este grado lo ha obtenido por sus 40 años dando clases de matemáticas. Primero en el colegio La Atalaya y después en el  I. E. S. Villa de Níjar.

Juan Pujazón es un profesional todoterreno, un verdadero amante de la tiza y un gestor de lo público, pues fue largo tiempo secretario del instituto, aseguran sus compañeros de profesión. Además, Juan era miembro activo de la comunidad nijareña. No había viaje de estudios que no organizase ni generación de Níjar a la que no le hubiese dado clase durante sus cuarenta años.

Por estas razones, el pasado de 10 de junio en el instituto de la localidad, toda la comunidad educativa de Níjar, antiguos alumnos, representantes del Ayuntamiento y antiguos compañeros despidieron a Juan ante su jubilación. 

El acto comenzó con la intervención de una antigua alumna del instituto, Ana Lourdes Guerrero, fotógrafa profesional, que proyectó un vídeo de la trayectoria de cuatro décadas de Juan en el pueblo.

Prosiguiendo con el homenaje, Inmaculada París, una antigua compañera del I. E. S. Villa de Níjar, leyó un texto elogiando la labor de Juan durante toda su carrera. Acto seguido, la concejala de Cultura, Hacienda y deporte del ayuntamiento de Níjar y antigua alumna del homenajeado, Yolanda Lozano Salinas, entrega una placa en nombre del ayuntamiento del pueblo y les dedica unas palabras al que fue su profesor.

Además, un grupo de madres de alumnos y alumnas regalaron a Juan un plato de cerámica típica con el mensaje: “Por tu gran labor docente, tus alumnos y amigos”. En agradecimiento al que fue su profesor y al que ahora consideran amigo. Por último, el director del IES Villa de Níjar, Francisco Jaenes, le entrega una placa de parte de todo el claustro de profesores y le realiza un discurso emotivo elogiando la labor de Juan Pujazón en el centro.

Entre agradecimiento, cariño y halagos se va este profesional de la tiza y los números. “El instituto el año próximo estará más vacío sin él, pero siempre estará en sus alumnos y compañeros, pues su recuerdo será imborrable”, nos cuenta Gádor, que ha compartido docencia con Juan durante largo tiempo.