Roquetas de Mar

Denuncian la “expulsión” de su hijo de una escuela de verano “porque tiene Down“

Asalsido llevará el caso a la Fiscalía y la empresa dice que no puede dar seguridad al niño

El niño había participado en la misma escuela de verano el año pasado.
El niño había participado en la misma escuela de verano el año pasado. Europa Press
Miguel Cabrera
20:46 • 27 jul. 2022

Una familia de Roquetas de Mar ha denunciado la "discriminación" sufrida por su hijo de seis años al haber sido “expulsado” de una escuela de verano en El Parador "solo porque tiene síndrome de Down".



Los padres están convencidos de que esta es la única explicación de que no se le haya permitido continuar en el centro, aunque la empresa que gestiona la escuela, Factor Deporte, mantiene que con los medios de que dispone no puede atender ni garantizar la seguridad del niño porque, a su entender, "requiere de un monitor que le acompañe constantemente para facilitar la comunicación, el control y atención durante la escuela, ya que no sigue al resto del grupo en ninguno de los niveles ni edades". 



"El lunes llevamos a nuestro hijo al centro a primera hora de la mañana, pero minutos después nos llamaron para que lo recogiéramos porque no podían hacerse cargo de él. A su entender, necesita una atención especial, por lo que nos dijeron que si queríamos que siguiera en esta escuela debería contar con un monitor dedicado a él, lo que nos costaría 250 euros a la semana (el precio del resto de alumnos es de 45 euros por semana), es decir unos 1.000 al mes, o bien que le acompañara un adulto", dice José Alonso, el padre del menor. 



Los padres están en total desacuerdo con las razones ofrecidas por la empresa. En primer lugar porque no entienden que mantengan esta postura después de que el año pasado su hijo pasara todo el verano en esta misma escuela de verano. Y en segundo lugar no comprenden que esta escuela afirma que el pequeño necesita de un monitor casi en exclusivo para él cuando durante todo el año acude a un colegio público, no a un centro especial, en el que convive con otros 24 niños con total normalidad, sin que necesite ningún cuidado muy especial. Y además, después de que no se le haya permitido volver a esta escuela, el niño se encuentra ya integrado plenamente y sin ningún problema en otra. 



Denuncia a la Fiscalía



Esta situación y estos argumentos han sido comunicados por la familia a la Asociación Almeriense para el Síndrome de Down (Asalsido), que de hecho va a informar de "este claro caso de discriminación" a la Fiscalía, aunque también se va a dirigir a la empresa para expresar sus protestas, así como al Ayuntamiento de Roquetas de Mar, que le ha cedido las instalaciones. El Consistorio roquetero ha informado a este diario de que no tiene ninguna relación con esta empresa al margen de haberle cedido las instalaciones, "como se hace con otras muchas empresas y asociaciones del municipio".



"Al margen del alcance jurídico que pueda tener el caso, nosotros estamos convencidos de que es un evidente caso de discriminación", dice Francisco Navarro, gerente de Asalsido. Para él, resulta “grotesco” que sigan produciéndose estos casos: “No puede ser que estemos luchando por la inclusión y esforzándonos, para que de pronto vuelvan a darnos con la puerta en las narices, y menos a un niño de seis años con una discapacidad”.



A Navarro también le parece un sinsentido que la empresa argumente que con los medios actuales no puede atender al pequeño. “Es lógico que si tienes una discapacidad física no vas a ir a un campamento que prepare maratones, y si tienes una intelectual no vas a ir a una que organice olimpiadas matemáticas, pero no es de recibo que un niño con síndrome de Down no pueda participar en una escuela de verano en la que básicamente juegan y se divierten sin más”, argumenta.


De momento, los padres del niño han presentado una queja ante la empresa que aún no ha sido respondida. Este periódico se ha puesto en contacto con ella, aunque tampoco ha contestado de momento. 


"Falsedades"

Los padres explican que la empresa les ha dicho que su pequeño "tampoco tiene control de esfínteres y en diversas ocasiones durante su participación en la escuela se ha hechos sus necesidades encima", algo que según dicen es falso, “como se puede comprobar fácilmente con sus médicos”.


Ocurrió que el primer día de la escuela el niño se hizo sus necesidades encima porque “los monitores no dijeron a los niños dónde estaban los servicios y porque contrajo un virus intestinal por el que estuvo toda la semana pasada sin ir al centro”. Ha sido esta semana, a la vuelta, cuando los padres se han encontrado con la a su juicio sorprendente y “discriminatoria” decisión de la escuela de pedirles que lo recogieran.


“Nuestra idea es llegar donde tengamos que llegar”, exclama José Alonso, porque lo que sí tiene muy claro es que no pueden permitir que su hijo "sea discriminado de una forma tan cruel”.


La familia también se muestra especialmente indignada porque la empresa les ha “recomendado” que en el futuro, cuando vayan a apuntarse a cualquier escuela de verano o campamento “informen y rellenen los formularios de registro de datos y comunicación de necesidades especiales, enfermedades, etc., que en el caso de su hijo es fundamental, ya que se trata de un caso que así lo requiere”. 


Sin embargo, tanto los padres como desde Asalsido se recalca que cumplimentaron perfectamente los formularios requeridos para esta escuela de verano, que en ningún caso pedía que se pusiera de manifiesto que un niño pudiera tener síndrome de Down. “Nosotros rellenamos la matricula que nos facilitaron, en ningún momento nos dieron ninguna otra hoja a incrementar”, afirman. 


“No es una prohibición, son la normas”

Aunque de momento la escuela no ha dado explicaciones a este diario, los padres han informado de que la empresa mantiene  que nunca ha prohibido participar a su hijo en el centro, sino que, “simplemente, hay unas normas, que se deben cumplir”. Según la empresa, “el niño requiere una atención especial constante y en momentos incluso  una atención totalmente individualizada,  que provoca que el monitor deje al resto de niños y se genera una situación de inseguridad y descontrol que conlleva un gran peligro para el resto del grupo, ya que toda la atención se focaliza en su hijo y el resto quedan desatendidos".


La familia añade que la empresa mantiene que es "una escuela de verano convencional, en la que hay un monitor por cada 18 a 25 alumnos que atiende al grupo en su conjunto".


Ante estas explicaciones, tanto la familia como Asalsido repiten que cómo fue posible entonces que el año pasado el niño pudiera participar sin problemas en la misma escuela, o que el menor pueda asistir a clase de educación infantil en un colegio público de Roquetas junto a otros 24 niños sin ningún tipo de problema para los profesores. 


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