Sucedió hace poco más de cinco siglos. Desolados tras uno de los mayores terremotos de la historia, los veratenses no bajaron los brazos. Resistieron en su emplazamiento ya destruido a bases de tiendas de campaña y viviendas precarias provisionales mientras planificaban el traslado a la actual Vera.
Bajo el título de 'Bayra, Archeology of an earthqueake', los
arqueólogos Moisés Alonso Valladares y Alberto García Porras,
directores del Proyecto General de Investigación, han expuesto las
evidencias arqueológicas de los factores que asolaron la Vera medieval en el gran terremoto de
1518, como la organización de parte de la reconstrucción mencionada anteriormente.
La ciudad de
Bayra, ubicada en el Cerro del Espíritu Santo, al sur del actual núcleo urbano de Vera, fue fundada por la población andalusí en el siglo
IX. Desde esa fecha tuvo un crecimiento paulatino durante la Edad
Media, hasta que en 1488 fue tomada por las tropas de Fernando el
Católico, para ser destruida treinta años más tarde por el
fatídico terremoto del 9 de noviembre de 1518. Sismo que desoló la
ciudad y obligó a sus habitantes a refundar un nuevo asentamiento,
ahora sí, donde se encuentra el pueblo actual.
El Ayuntamiento
de Vera junto con el grupo de investigación PRINMA (Universidad de
Granada) iniciaron las actividades arqueológicas en el cerro en
2021, y esta ponencia ha sido uno de los principales pasos para divulgar
los avances en el proceso de investigación desde una perspectiva
científica.
Los datos
expuestos han analizado el total del cerro, describiendo aquellos
indicios de los gravísimos daños que sufrieron las estructuras en
el siglo XVI. Desde la fractura del sustrato geológico y desplazamiento
de grandes bloques en la ladera cubriendo estructuras medievales y
modernas, hasta el hallazgo de una gran fisura que cicatriza todo el
Alcázar de la ciudad. Considerando, asimismo, una suerte que el
aljibe o ermita se mantuviera en pie.
En los sondeos se
han identificado grandes derrumbes que cubrían por completo las
estructuras, descubriendo los materiales que se albergaban en su
interior. Escombros que, tras su colapso, habían sido regulados para
construir encima, en alguno de los casos, una serie de suelos de cal
para colocar tiendas de campaña y hogares temporales que dieran
cobijo a los supervivientes. Mientras que se realizaban las tareas
de limpieza, recuperación y el aprovisionamiento de víveres, también se
planificaba la construcción de la Vera contemporánea.
En definitiva, la
presencia de Bayra en el congreso internacional de desastres
naturales en Azores ha puesto en valor la historia del Levante Almeriense, subrayado la lucha y esfuerzo para sobrevivir de los
antepasados veratenses tras una catástrofe inconcebible desde
nuestra historia reciente.
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