La obra maestra de Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874 – 1930)
se quedará finalmente en Almería. La familia Cosentino, patrono de
la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, acaba de adquirirla a su
anterior propietario, el grupo PRASA de Córdoba.
Este importante
cuadro ha tenido, casi desde su origen, una azarosa vida de cambio de
ubicaciones y de propietarios. Uno de sus primeros dueños en España
fue el director de ABC, Juan Ignacio Luca de Tena, y a punto estuvo
de ser quemado el cuadro durante una insurrección popular en la
Segunda República que afectó a su residencia de Sevilla, donde
estaba colgado. En los años noventa, tras décadas de no saber su
paradero, aparece en Venezuela con varios supuestos propietarios
litigando por él.
Finalmente, resueltos los procesos judiciales, el
cuadro se subastó en Sotheby’s de Londres en 2002. Allí fue
adquirido por PRASA en una cantidad muy elevada, la mayor pagada
entonces por una obra del pintor cordobés. Considerada una obra muy
importante del Patrimonio artístico español, a su vuelta a España
el Estado la declaró inexportable, y acto seguido Bien de Interés
cultural por parte de la Junta de Andalucía.
Este imponente
lienzo de 250 x 300 cms, pintado al temple y al óleo, fue concebido
y ejecutado por Romero de Torres entre 1911 y 1912, pensado para ser
expuesto en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1912 y
esperando obtener el máximo galardón oficial de la época.
El
jurado no le otorgó medalla alguna, lo que motivó la indignación
de decenas de intelectuales, que alzaron su voz contra el fallo del
jurado y realizaron un banquete de desagravio en honor del pintor
cordobés. El cuadro atesora todos los elementos del universo
estético y conceptual del artista, una suerte de compendio magistral
de su simbolismo telúrico sobre los mitos ancestrales de lo andaluz,
en una composición centralizada inspirada en la pintura de los
maestros del Renacimiento italiano.
En el centro, una bella joven que
representa a la copla, está siendo coronada de laurel por otras dos
sensuales mujeres, muy representativas del refinado erotismo
fetichista del pintor, que están en pie sobre un podio barroco.
Asisten al momento un nutrido grupo de personas, entre los que se
encuentran una monja y un cura vestido con rica casulla, quizá para
simbolizar lo “sagrado” del evento. Este juego simbolista entre
lo místico y la sexualidad mundana, en una suerte de irreverencia
muy pensada y elaborada, es consustancial al sofisticado pensamiento
cultural y estético del pintor. Entre el resto de asistentes hay
personajes muy conocidos de la época, como el torero Machaquito, la
bailaora Pastora Imperio, la actriz Adela Carbone y el propio
pintor, que se autorretrata a la derecha de la composición. En el
fondo, tras la iglesia de Santa Marina y frente a una vista de
Córdoba, discurre una procesión de Semana Santa con una Dolorosa,
donde las figuritas, a modo de friso clásico, abarcan la anchura
total del cuadro.
Presentación en
Olula del Río el próximo 27 de octubre
La próxima
ubicación de la obra será la colección permanente del futuro Museo
del Realismo español Contemporáneo, que se instalará en el antiguo
Hospital Provincial de Almería, un importante edificio renacentista
propiedad de la Diputación Provincial que acaba de ser rehabilitado
para tal fin.
Este museo abrirá
sus puertas el próximo mes de marzo. Mientras tanto, el cuadro, que
ha sido depositado en las colecciones artísticas de la Fundación de
Arte Ibáñez Cosentino, se podrá ver en las instalaciones
museísticas de la Ciudad de la Cultura en Olula del Río.
La presentación en
sociedad de la obra se realizará el próximo jueves 3 de noviembre a
las 19 horas en el Museo Ibáñez de Olula del Río. En el acto
intervendrá el catedrático Javier Pérez Rojas, experto en la obra
de Julio Romero de Torres. Para terminar, los asistentes podrán
disfrutar de un espectáculo de cante, guitarra y baile a cargo de
Arantxa Guerrero Velasco, Sol Ruiz Ramos y Rubén del Rosario. Un
espectáculo definido por su creadora, Arantxa Guerrero, como “una
exaltación a ese género tan nuestro como es la copla en el cual
cada movimiento de baile, sonido de guitarra o de voz evocan las
pinceladas que el artista Julio Romero de Torres reflejó en su
pintura”.
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