Malu Mansilla
20:35 • 24 mar. 2012
Lista y a la espera de los muebles. Así se encuentra actualmente la nueva residencia de mayores de El Zapillo, que espera totalmente renovada frente al mar a que vuelvan sus antiguos inquilinos.
El centro cerró sus puertas en 2006 para ser demolido y vuelto a construir y sus usuarios esperan desde entonces en la residencia privada Vallesol a poder volver al Paseo Marítimo y ser los únicos mayores andaluces, junto a los de la residencia de Estepona, que vivan frente al mar.
Ahora, tras diferentes retrasos, el último cuando se pretendía comenzar a usar el nuevo edificio a primeros de año, parece que por fin todo está en marcha y comienzan a adjudicarse los muebles. De hecho, según explica la directora del centro, Pepa Requena, ya está adjudicado el mobiliario de oficina, que llegará en un mes y se trabaja en la adjudicación de las camas y muebles del resto de la residencia.“Las camas serán ahora todas eléctricas y, aunque se aprovechan muchos muebles, la gran mayoría se renovarán”, explica la responsable.
Mientras, continúan las gestiones administrativas y hace dos semanas se solicitó la licencia de primera ocupación y utilización del inmueble.
Gran altura
Un edificio ‘de altura’, aunque no llegue a los trece pisos de la antigua residencia que aún antes fue hotel, por lo que tenía una distribución tan complicada que durante los últimos tiempos tuvieron que cerrar plantas porque el personal no daba a basto a atender todas las habitaciones.
En cuanto al nuevo centro, este tiene 7.294 metros cuadrados y dos plantas que acogen 64 dormitorios (56 dobles y 8 individuales), y seis dormitorios de enfermería (2 dobles y 4 individuales), que acogerán a 120 personas. Además, el centro cuenta con una unidad de estancias diurnas de 30 plazas, que gestiona El Saliente.
La encargada de la construcción ha sido la empresa FCC, desde donde se asegura que “se han utilizado las mejores calidades” para cuatro alas, representadas en cuatro colores diferentes -en el suelo y e las puertas- para ayudar a los mayores a no perderse en el centro.
Salones para fisioterapia, informática, formación, comedores individuales para cada ala de habitaciones y salones de estar frente al mar completan unas instalaciones “pensadas para la comodidad del usuario”, donde se cumple el decreto de accesibilidad desde los pasillos “creados a modo de hospital”, hasta la grifería “gerontológica”. Cuenta, también el centro con un jardín que lo bordea y un patio central con pista de petanca que concentrará el ocio de los mayores.Y piensa ya Requena en la ‘vuelta a casa’. “Se vendrán todos los usuarios el mismo día y ese día tendrá que estar cada cosa en su sitio y tendremos que tener claro dónde va cada uno”, una jornada emocionante para muchos, sobre todo para el medio centenar de ellos que vivieron ya frente al mar y que no ven el momento de volver a la que era su casa.
El centro cerró sus puertas en 2006 para ser demolido y vuelto a construir y sus usuarios esperan desde entonces en la residencia privada Vallesol a poder volver al Paseo Marítimo y ser los únicos mayores andaluces, junto a los de la residencia de Estepona, que vivan frente al mar.
Ahora, tras diferentes retrasos, el último cuando se pretendía comenzar a usar el nuevo edificio a primeros de año, parece que por fin todo está en marcha y comienzan a adjudicarse los muebles. De hecho, según explica la directora del centro, Pepa Requena, ya está adjudicado el mobiliario de oficina, que llegará en un mes y se trabaja en la adjudicación de las camas y muebles del resto de la residencia.“Las camas serán ahora todas eléctricas y, aunque se aprovechan muchos muebles, la gran mayoría se renovarán”, explica la responsable.
Mientras, continúan las gestiones administrativas y hace dos semanas se solicitó la licencia de primera ocupación y utilización del inmueble.
Gran altura
Un edificio ‘de altura’, aunque no llegue a los trece pisos de la antigua residencia que aún antes fue hotel, por lo que tenía una distribución tan complicada que durante los últimos tiempos tuvieron que cerrar plantas porque el personal no daba a basto a atender todas las habitaciones.
En cuanto al nuevo centro, este tiene 7.294 metros cuadrados y dos plantas que acogen 64 dormitorios (56 dobles y 8 individuales), y seis dormitorios de enfermería (2 dobles y 4 individuales), que acogerán a 120 personas. Además, el centro cuenta con una unidad de estancias diurnas de 30 plazas, que gestiona El Saliente.
La encargada de la construcción ha sido la empresa FCC, desde donde se asegura que “se han utilizado las mejores calidades” para cuatro alas, representadas en cuatro colores diferentes -en el suelo y e las puertas- para ayudar a los mayores a no perderse en el centro.
Salones para fisioterapia, informática, formación, comedores individuales para cada ala de habitaciones y salones de estar frente al mar completan unas instalaciones “pensadas para la comodidad del usuario”, donde se cumple el decreto de accesibilidad desde los pasillos “creados a modo de hospital”, hasta la grifería “gerontológica”. Cuenta, también el centro con un jardín que lo bordea y un patio central con pista de petanca que concentrará el ocio de los mayores.Y piensa ya Requena en la ‘vuelta a casa’. “Se vendrán todos los usuarios el mismo día y ese día tendrá que estar cada cosa en su sitio y tendremos que tener claro dónde va cada uno”, una jornada emocionante para muchos, sobre todo para el medio centenar de ellos que vivieron ya frente al mar y que no ven el momento de volver a la que era su casa.
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