Toque de diana para bachilleres

Ahora que el acceso al trabajo está de retreta hay estamentos que sacan pecho y, aun con esta crisis bombardeando, prometen un puesto fijo a la juventud. No sólo la Iglesia Católica toca hoy diana con marketing para reclutar un ejército de entregados sacerdotes; las Fuerzas Armadas despliega un arsenal de eslóganes en favor de su causa: “El valor de servir”. En los dos últimos años, el Ministerio de Defensa ha realizado más de 85 charlas en centros docentes almerienses para atraer a sus filas a jóvenes soldados. 71 diapositivas componen el PowerPoint de presentación que el capitán de artillería Antonio Martínez Galiano proyecta en salones de actos y aulas repletas de alumnado de ESO y Bachillerato. De recuerdo se llevan agendas, bolígrafos y llaveros patrióticos.

Del WhatsApp a la disciplina
Por si a los bachilleres les da por faltar al orden a los, por un día, uniformados docentes, el capitán Galiano infunde respeto copando la pechera de su traje caqui con media docena de condecoraciones: del mérito militar y de la OTAN. ¿Y si no funciona? “Los miro fijamente. Y si hace falta les lanzo una voz marcial”. En el Instituto de Educación Secundaria Nicolás Salmerón y Alonso no fue necesario. Tres profesores celaban entrefilas cual centinelas solícitos. Sólo un par de sms despistados y algún sordo intercambio por WhatsApp. “Mejor estar aquí que en clase de Literatura”. La franqueza de Lourdes iguala a la de sus compañeras de 4º de ESO Irene y Elena, pero diametralmente opuesta. “Yo soy más de letras; quiero hacer Derecho”, revela la primera quinceañera. La segunda ha descubierto en la charla una salida profesional. “Quería hacer una carrera sanitaria y ahora sé que puedo ser militar y a la vez enfermera”.

Con este programa de reclutamiento la Subdelegación de Defensa difunde las opciones para acceder a las Fuerzas Armadas: como tropa y marinería o como oficial. Para el primero la demanda está saturada; sólo exigen estudios de ESO y un test psicotécnico. Luego hay ocho semanas formativas (con casi 1.000 e de retribución) y después un sueldo bruto mensual de 1.016,62 más incentivos en años posteriores.

Los esfuerzos del Ministerio se centran en captar inquilinos que estudien oficiales y suboficiales en las academias militares de Zaragoza (Ejército de Tierra), San Javier (Aire) y Pontevedra (Armada). Quien ingrese, tras una nota de acceso, obtendrá simultáneamente en cinco años dos titulaciones o grados universitarios de 240 créditos cada una. Las Fuerzas Armadas añaden 32 semanas de instrucción y adiestramiento. “Estoy preparado para ese sacrificio. Hago ejercicio y juego al rugby”. Hoy Juan Jesús ha invertido el orden del lugar donde procura sentarse en clase. Al igual que otros compañeros del primer curso de Bachillerato se han colocado los primeros de la fila: desean ser el punto de mira. Javi, Adrián y Juanmi tienen pedigrí militar. Gorro de lana encajado hasta las orejas y pantalones vaqueros cagados, han acudido voluntariamente a la charla; querían resolver dudas y ratificar su decisión de vestir uniforme en un futuro próximo: “Es lo máximo a lo que uno puede aspirar”. Pero el capitán Galiano disipa fantasías. “Os queremos jovencitos, con mens sana in corpore sano. Esto no es un chollo, aunque tendréis la seguridad laboral de un funcionario. No vais a una residencia de estudiantes; es una academia militar, donde los jueves por la noche no hay marcha y, aunque tendréis 300 euros mensuales para vuestros gastos, procurad no fumaros ni un porrito antes de una prueba. Si detectamos positivo en consumo de estupefacientes no seréis militares en la vida; es un delito tan doloso como conducir ebrio o tener antecedentes penales”.

Orientación laboral y universitaria
El autodidacta cartagenero Galiano, aun empollado en el nuevo Plan de Estudios, para esta charla contó con el apoyo logístico del profesor de Matemáticas y reservista Juan López, y de la orientadora laboral y universitaria del centro, la psicóloga Remedios Barea. Visitaron una docena de clases informando del en