Ha sido casi toda una vida
dedicada a la sanidad y a la atención a los demás. Y conviene
subrayar ese ‘casi’ porque
todos los que conocen al doctor albojense Juan Antonio Redondo Miras,
anestesista durante cuatro
décadas en el Hospital La
Inmaculada de Huércal-Overa, coinciden en que, ahora lejos de los
quirófanos y esos blancos pasillos hospitalarios, a este albojense
le queda cuerda para rato. Y
amigos, que hace no tanto eran compañeros.
Porque a su despedida no
quiso faltar nadie. Más de 150 personas se dieron cita en la
Terraza Carmona días atrás para participar en un evento que fue
toda una fiesta y un homenaje en el que Juan Antonio Redondo recibió,
ni más ni menos, el mismo cariño que ha dado durante sus cuatro
décadas de ejercicio en Huércal-Overa, ademas de contar con sus familiares y amigos.
Eso
sí, el vacío que ha dejado en esos mismos pasillos no va a ser
fácil de llenar para quienes hace unos días eran sus compañeros y amigos de este albojense nacido en 1951
en el Caño San Felipe, en un hogar que pronto abandonó para
trasladarse al barrio de La Loma junto a su familia y sus hermanos
Paco, Marita, Encarnita y Pepe.
No tardaron, eso sí, en
regresar al pueblo mientras Juan Antonio continuaba completando sus
estudios. Curso el Bachillerato
Elemental y Superior en el Instituto Laboral ‘Cardenal
Cisneros’ de Albox y dedicó los años que transcurren del 1969 al
1975 a cursar la Licenciatura de Medicina y Cirugía en la Facultad
de Granada.
Tampoco se demoró en comenzar a trabajar tras lograr la licenciatura, comenzando en un lugar mucho más lejano de su Albox natal que el Hospital La Inmaculada. Fue allá por la provincia de Huesca donde se inició como profesional sanitario aunque no tardó en interrumpir su progreso profesional por una obligación que, entonces, era ineludible: el servicio militar que realizó en Cartagena.
Eso sí, poco después y tras lograr el MIR logró regresar al tajo viendo a su Albox mucho más de cerca, ejerciendo ya como anestesista en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada, donde permaneció hasta 1981. Fue después cuando encontró su destino en Huércal-Overa, donde ha crecido a la vez que un hospital del que ya es historia. Han sido 41 años de dedicación a los demás, compañerismo y profesionalidad que se vieron reconocidas días atrás en el acto celebrado en el Restaurante Terraza Carmona de Vera.
“Me gustaría seguir viéndoos”, pidió al destino ante sus compañeros en la citada celebración. Sin duda, ese deseo por parte de quienes se encontraban en frente es el mismo. Al menos, por otros cuarenta años más, aunque ahora sea fuera de un hospital que también ha sido como su casa durante toda una vida.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/249189/homenaje-a-juan-antonio-redondo-y-a-toda-una-vida-en-el-hospital-la-inmaculada