María Pérez, es ya toda una personalidad en Huércal-Overa, el pueblo donde nació y donde ha protagonizado diferentes talleres entre sus vecinos para enseñar el tradicional oficio del Esparto.
La huercalense se adentró en esta artesanía después de jubilarse, cuenta que el impulso que le hizo adentrarse en la enseñanza de este arte fue escuchar una conversación entre un padre y un hijo. “El hijo le preguntaba al padre por diferentes utensilios del campo y trabajos y no sabía contestarle qué eran, ahí me di cuenta que había que recuperar los oficios tradicionales para que no se perdieran entre los jóvenes”, aseguró María.
María Pérez comenzó sus talleres en octubre, concretamente el día de la Mujer Rural, dando un taller de esparto al aire libre, en el jardín vertical que fue todo un éxito. Tal fue así que decidieron crear unos talleres de esparto para los jóvenes del IES Cura Valera, donde María acude cada semana a enseñar este oficio tradicional a los adolescentes huercalenses quienes asegura que despuntan ya en sus primeras clases de esparto.
“No quiero que los jóvenes pierdan sus raíces, las cosas de nuestros abuelos y antepasados, así que quiero mostrar con qué se trabajaba, que sepan que no había plástico, ni había coches”, apuntó la huercalense.
Pero María también tuvo que aprender este oficio tras su jubilación para poder transmitirlo. “Yo sabía hacer las guitas o ramales, para segar el trigo y la cebada”. Todos estos utensilios tradicionales “los he ido recopilando para ponerlos en un museo, que espero que se haga en el municipio”, comentó. Sin embargo, hoy en día María se dedica a un trabajo más artístico y crea utensilios más elaborados y decorativos como lámparas, cestos “raros” o hasta un carrito de la compra.
“Mis alumnos no sabían
lo que era el trabajo del esparto antes de empezar y ahora están
encantados, aún queda mucho por aprender pero prometen”, dice la
espartera, que comentó que les está enseñando el proceso del
esparto desde el inicio, “les he llevado a recoger el esparto al
campo” que aseguró fue un éxito entre los jóvenes que
disfrutaron de la jornada como nunca.
“Lo que más me gusta es que ellos sepan como trabajaron sus abuelos y ponen mucho interés y siempre aprendes también de ellos” aseguró la espartera ilusionada en esta nueva etapa como maestra espartera.
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