El Juzgado de lo Penal número 3 de Almería va a acoger este viernes
la vista oral contra los 28 activistas de Greenpeace acusados de
provocar presuntos daños al hotel en el paraje de El Algarrobico, en
Carboneras, durante una acción reivindicativa que
llevaron a cabo en mayo de 2014.
En la vista oral,
prevista a partir de las 10.30 horas en la Ciudad de la Justicia, los
acusados se enfrentan a penas de un año de prisión y de multa de 24
meses a razón de seis euros al día por un presunto delito de daños,
esto es, 30.240 euros en total.
Los 28 activistas se
sentarán en el banquillo tras prosperar la acusación particular
ejercida por la promotora Azata del Sol, ya que la Fiscalía no ha
formulado escrito contra ellos, según han indicado a Europa Press
fuentes judiciales.
Considera el Ministerio Fiscal que, a
lo largo de la extensa investigación judicial, "no ha aflorado
ningún indicio que acredite lo que hizo cada una de las personas
identificadas" y, en particular, "si ocasionaron algún
daño concreto".
El juez instructor de la causa dictó
auto de apertura de juicio oral en febrero de 2021 e imputó a los
acusados la presunta comisión de delitos de daños por el que
interesa multas de 24 meses a razón de seis euros al día.
Además,
les atribuye un supuesto delito de desobediencia, por el que la
promotora del hotel solicita 12 meses de cárcel para cada uno. Al
margen, pide una la responsabilidad civil, de forma conjunta y
solidaria, de 186.703 euros.
El auto sostiene que los
activistas accedieron presuntamente al hotel, que pintaron la fachada
de negro con la leyenda ´Hotel ilegal´, que "fracturaron las
puertas" y que, al ser requeridos por agentes de la Guardia
Civil para que cesarán y depusieran sus actitud, habrían
desobedecido tales órdenes.
La causa penal fue archivada
por el juzgado instructor, si bien en segunda instancia, la Audiencia
Provincial ordenó su reapertura en 2017 tras la impugnación de
Azata del Sol.
Tanto el juez como el fiscal concluyeron
entonces que los investigados "no tenían la intencionalidad de
dañar propiedad ajena", sino que era "una manera de
protestar".
La Fiscalía, que siempre ha pedido el
sobreseimiento, estimó que "prima el componente simbólico al
material" y mantiene que, dados los pronunciamientos judiciales
contrarios a la legalidad del hotel, si se llevase a cabo la
demolición, "los desperfectos quedarían sensiblemente anulados
o disminuidos".
Para reabrir la instrucción, la
Audiencia Provincial de Almería consideró "debidamente
justificada la perpetración del presunto delito de daños" en
el transcurso de la que entonces era la sexta acción del colectivo
conservacionista en el establecimiento y que consistió en dibujar un
punto negro de 8.000 metros cuadrados en la fachada con la leyenda
´Hotel ilegal´ para exigir su desmantelamiento inmediato.
Remarcó
para ordenar la reapertura que "nada justificaba la realización
de los mismos" y concluyó que la existencia de procedimientos
en el orden contencioso administrativo en torno a la legalidad del
hotel era "un hecho divulgado por los medios de comunicación",
pero que "ni alcanza el nivel de hecho notorio, ni obra
reflejado en modo alguno donde debería estarlo, es decir, en las
diligencias previas".
"El atestado, además,
identifica a una considerable cantidad de personas, entre 30 y 40,
integrantes del grupo, que, de modo unitario, entraron en el lugar
provisto del material de pintura, identificando a algunos partícipes
que, siempre según aquel, admitieron ante la Guardia Civil su
actuación", finalizaba la resolución.
Fueron más
de un centenar de activistas de Greenpeace, según los organizadores,
los que acudieron el 11 de mayo de 2014. Esta acción se produjo
apenas mes y medio después de que el Tribunal Superior de Justicia
de Andalucía (TSJA) emitiera un segundo pronunciamiento que después
fue revocado pero que, en ese momento, contradecía el anterior
dictado por el mismo órgano en el que declaraba el terreno del
Algarrobico como urbanizable, lo que a juicio de Greenpeace, no hacía
más "que enmarañar el caso y dar tiempo a las administraciones
para no hacer cumplir la ley".
Cuatro días después
de esta acción, un centenar de vecinos de Carboneras acudieron al
hotel para modificar la pintada realizada por los activistas y cubrir
de negro la ´i´ de ´ilegal´ para reivindicar así la apertura del
edificio ya que, según ha defendido una parte de la población,
sería "beneficioso" para la localidad "en cuanto a
generación de puestos de trabajo y riqueza".
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