Ha muerto Andrés el del Felipe: luto en la hostelería de Carboneras

Ha muerto Andrés de Mariana, Andrés Cayuela Venzal, Andrés el del Bar Felipe de Carboneras. Nacido el 17 de octubre de 1949, cuando apenas había pasado un decenio de la Guerra Civil, Andrés supo gestionar con mucha dedicación, esfuerzo y sacrificio familiar el que sigue siendo el bar con más historia de Carboneras.

“Casa fundada en 1929”, reza en un cartel a la entrada del establecimiento en plena calle Sorbas y donde se han hecho mayores sus hijos Felipe, Paco y Mariana y se están haciendo mayores, poco a poco, también sus nietos. Siempre a su lado, su esposa, Leonor Hernández Benzal.

Cuentan que los grandes profesionales nunca se jubilan de sus oficios. Y eso mismo es lo que le ha pasado a Andrés en los últimos años. Aunque hace ya tiempo que dejó de estar detrás de una barra o pendiente de las mesas del restaurante o de los clientes de los hostales y hoteles, Andrés de Mariana siempre estuvo muy cerca de sus negocios.

Tan cerca como que estaba sentado muchas horas del día en una esquina del restaurante (de allí han salido miles de ollas con los famosos caracoles) y saludando a todo aquel que pasaba por la puerta del Felipe. Así fue hasta que Andrés ha dicho adiós al pueblo que tanto quiso en vida y por el que tanto luchó.

En una de las conversaciones que mantuvimos cerca de la madrugada, Andrés me recordó que había sido toda su vida un emprendedor, de los que no se arrugaban a la hora de pedir un préstamo a los bancos o a las cajas de ahorro, pero que lo suyo solo era ejercer de hostelero. “Cuando inauguré el tablao flamenco de Manolo de Córdoba, te pedí que presentaras el acto porque me daba vergüenza hablar en público. Yo no sirvo para eso... Tú tendrías 15 o 16 años”. Ni me acordaba de ello. Seguimos hablando esa noche, como tantas, de sus pleitos, de sus proyectos, de su familia en la Argentina, … Hablar con Andrés era hablar también con un trozo de la historia de Carboneras, como lo fue en su día dialogar con Ramón el del Sol y Playa (ya fallecido) o Pedro Caparrós. Sin olvidarnos de Pedro El Posaero, cuya viuda e hijos siguen al frente del Chiringuito Juan Mariano.

A estos tres empresarios hosteleros, por citar solo algunos, les costó conciliar la vida laboral con la familiar mientras el pueblo crecía gracias a la llegada de la cementera y de la Térmica y del ansiado puerto pesquero. Fueron años de mucho sacrificio para sacar adelante negocios que después han seguido con sus hijos, arropados por sus esposas o esposos.

Andrés de Mariana se ha ido cuando estaba a punto de cumplir 75 años y deja huella en Carboneras. Será difícil pasar por la esquina del Felipe y no verle sentado con su compañero inseparable, un sombrero. Su cuerpo está siendo velado en el Tanatorio del Campo de Fútbol de Carboneras. Descanse en paz.