Desde finales del pasado mes de julio el Ayuntamiento de Mojácar ha decidido incrementar considerablemente la presencia policial en su término municipal con el fin de disuadir a aquellos que se dispongan a realizar el botellón, una práctica extendida sobre todo entre los más jóvenes que consumen bebidas alcohólicas en la vía pública.
Y es que, a pesar de que hace ya tres años que el Ayuntamiento aprobaba una ordenanza municipal que prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en la calle, desde el inicio de la época estival Mojácar viene registrando una serie de incidencias a consecuencia de la práctica de este fenómeno, como el ruido producido por estos grupos hasta altas horas de la madrugada y la suciedad generada, la pérdida de control inducida por la ingesta de alcohol, la rotura del mobiliario urbano o las frecuentes micciones en espacios públicos.
Destino vacacional
Para que esto no dañe al municipio, elegido por muchas familias como un destino vacacional, el Ayuntamiento de Mojácar está actuando con contundencia para acabar definitivamente con el botellón. Para ello, la veintena de agentes con los que cuenta en la actualidad la Policía Local de Mojácar, está contando con la colaboración de cincuenta nuevos agentes procedentes de Cuevas del Almanzora, Huércal-Overa, Níjar y Vícar.
“Queremos agradecer la solidaridad de estos municipios almerienses, cuyos agentes se están desplazando a Mojácar, especialmente los fines de semana, que es cuando un mayor número de personas se concentran en nuestro municipio. Nuestra intención, no es otra que acabar con el botellón y con los problemas que genera el mismo. De hecho, desde que se ha reforzado la presencia de efectivos hemos detectado una considerablemente disminución de grupos de gente que deambulaban, sobre todo, por la zona de chiringuitos llevando bolsas con bebidas en su interior”, afirma la alcaldesa del PP, Rosa María Cano.
Esta acción, que va a suponer un coste económico para las arcas municipales de unos 75.000 euros contempla, además del incremento de medios humanos, el alquiler de una serie de vehículos con los que estos efectivos podrán desarrollar la labor para la que han sido requeridos. “Y es que, de otro modo, nos resultaría imposible controlar la práctica del botellón que, insisto, en Mojácar está prohibida. De hecho, desde que se inició el verano se han registrado unas 2.000 sanciones relacionadas con esta práctica y con el mal uso de las playas y espacios públicos”, afirma la regidora, a la vez que recuerda que realizar un botellón en esta localidad conlleva una sanción económica de 100 euros. Así, no sólo se plantea la erradicación del botellón “ya que también se trata de evitar el ruido excesivo que impide el descanso de vecinos, la suciedad que genera y que incrementa el gasto en personal y material de limpieza del Ayuntamiento y el incremento de jóvenes que se exceden en la ingesta de alcohol”, concluye Cano.
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