La tapa alcanza los altares gastronómicos y se impone como una opción del almuerzo

De una costumbre popular, con mucho arraigo en la provincia de Almería, la tapa ha dado el salto para pasar a estar considerada como una de las especialidades culinarias capaces de romper barreras y de obtener una proyección internacional como la lograda por las pizzas, el sushi japonés o la paella valenciana.
Los nutricionistas, en un estudio sobre las tapas publicado esta pasada primavera, señalan en sus conclusiones que el tapeo supone en la actualidad una buena opción a la hora de seguir la Dieta Mediterránea, considerada ya como Patrimonio de la Humanidad por sus características de tratarse de una dieta variada, equilibrada y moderada, capaz de aportar la práctica totalidad de los nutrientes que precisa el ser humano en su alimentación.
El presidente de los cocineros almerienses, José Torrente, afirma que en la actualidad las tapas se han diversificado de tal forma que, en muchos casos, suponen una especie de ‘mini carta’ con los mismos o muy parecidos platos de una carta convencional, aunque en dosis más pequeñas. Afirma también que la aparición de numerosos establecimientos que sirven tapas o ‘pinchos’, entre los que se encuentras buena parte de los restaurantes de los hoteles de la capital, es una respuesta eficaz contra la crisis del modelo tradicional de comida a la carta; “la disminución de clientes es una evidencia, y eso nos ha llevado a ahondar en la tapa, que está funcionando muy bien”.
Cierto que se trata de tapas cada vez más sofisticadas, que incluyen desde mini solomillos a mini hamburguesas, sorbetes, mousses y un sinfín de especiaildades, pero también que permiten comidas de una alta calidad con unos precios reducidos.