Una mujer de Murcia busca en Almería a un hijo, en un posible caso de bebé robado

El 4 de junio de 1973, a las cuatro de la tarde, María Cristina ingresó en el hospital materno de Granada porque se encontraba de parto tras los nueve meses de gestación. Los doctores comprobaron que, efectivamente, esta granadina iba a dar a luz a su primer hijo. La llevaron hasta el paritorio y a su marido y su madre hasta una sala contigua.
Según relata esta mujer, “me pusieron correas en los pies y otra encima del vientre y me durmieron completamente. Así que no se cuándo nació mi bebé. Además, como fue un parto muy duro, con un importante desgarro; estuve ingresada ocho días en el hospital. Durante ese tiempo, médicos, enfermeros y mi familia me decían que el pequeño estaba en observación y que no podía verlo”.
Sin embargo, al día siguiente de su ingreso hospitalario, el médico comunicó a su marido y a su madre que el bebé había nacido con problemas y que había muerto a las pocas horas. Les dijeron que no se preocuparan por nada, que el hospital se encargaba de todo el ‘papeleo’ propio de esa situación y de los gastos correspondientes al traslado y entierro del bebé en el cementerio de la capital granadina.
No vieron forma humana
María Cristina cuenta que “mi marido y mi madre pidieron ver al bebé y les llevaron a una sala en donde supuestamente estaba, envuelto en gasas y algodones. No vieron una forma humana, pero los médicos les dijeron que era mejor que no lo vieran de cerca porque era una imagen demasiado desagradable”.
Cuando se recuperó del parto y los dolores causados durante el proceso de dar a luz, y supo de la muerte de su bebé; ella y su marido decidieron abandonar la provincia que la vio nacer e irse a vivir a Murcia, de donde es él. Allí, en el municipio de Santomera, han formado una familia formada por dos hijos de 37 y 24 años y una hija de 34.
Hace 14 años apareció en su casa un joven que decía proceder de Almería y que estaba buscando a su familia biológica, ya que era hijo adoptado. María Cristina no recuerda con exactitud cómo había llegado ese joven a pensar que su familia podía ser la que él estaba buscando; y ella tampoco pensó en su bebé muerto a las pocas horas de nacer, a pesar de que ese muchacho tenía la edad que tendría su hijo si estuviera vivo. Él se fue de su casa pensando que no era su familia biológica y ella no se quedó con ningún dato personal del joven almeriense.
Comenzaron a sospechar
Hace unos meses, cuando comenzaron a conocerse los casos de bebés robados a nivel nacional, esta mujer, animada por su familia; decidió comprobar si su bebé murió realmente en 1973 y recordó a aquel adoptado procedente de Almería, con lo que llegaron las sospechas.
Así, en el hospital donde ella dio a luz no aparece registrado ni su ingreso como paciente, ni el nacimiento de su bebé, ni el fallecimiento de éste. Además, en los juzgados granadinos aparece registrado su bebé como nacido muerto.
La familia de María Cristina acudió al cementerio de Granada y allí le han dicho que existe una fosa común donde se enterraban los bebés muertos, pero les han dicho que no es posible recuperar los restos de su supuesto hijo fallecido. Finalmente, han comprobado que la funeraria que supuestamente se encargó de su traslado al cementerio nunca existió.
Con todos estos indicios, María Cristina se ha dirigido a la asociación de bebés robados de Granada y a ella se ha asociado. En consecuencia, se ha hecho la prueba de ADN para que la asociación pueda mandar su código genético a las asoc