María Medina
07:00 • 12 nov. 2012
Casi 300 almerienses están en tratamiento para dejar el alcohol gracias a la asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Almería (ARA) que hoy comienza un programa de actividades con motivo de la Semana Sin Alcohol. Seis días que concluirán el domingo con la ‘Marcha sobre ruedas’ en la que, en colaboración con el Ayuntamiento de Almería, reunirán a todos aquellos ciudadanos que quieran marchar en bici, patines o monopatín para frenar la adicción del alcohol.
“Es una droga”, asegura el presidente de ARA José Salvador González, que mediante concursos en la sede de la asociación en Carretera de Ronda, charlas, mesas informativas en la calle y frente al hospital Torrecárdenas y la marcha del sábado, pretende “concienciar al a población de que el alcohol crea adicción”.
Adicción igual a enfermedad
Una adicción que, como enfermedad que es, acarrea otros problemas. Hoy por hoy, el perfil del alcohólico sigue siendo el de un hombre de unos 40 años. Aún así, ARA ha visto cómo éste ha ido variando con los años y actualmente son también muchas las mujeres que caen en el alcoholismo y, sobre todo, los adictos “son cada vez más jóvenes”.
Con 20 años y en terapia
En los programas de terapia para abandonar el alcohol hay ya varios veinteañeros, insiste González, que es conocedor de que cada vez se empieza antes a probar el alcohol y “lo que empieza como algo que sólo se prueba los fines de semana, acaba por ser una adicción difícil de superar”.
De hecho, ARA no tiene en su programa a adolescentes, pero sí es consciente de que algunos menores están ya inmersos en esta enfermedad.
La terapia que, el grupo de profesionales de ARA desarrolla en Almería, es de dos años. Es sólo entonces, cuando el alcohólico recibe el alta terapéutica. “Eso no significa que puede volver a beber. Eso nunca”, asevera el presidente de la asociación.
González explica que es posible apartar la adicción hacia una carpeta del cerebro ya en desuso, pero, como si de un ordenador se tratara, el alcohol permanece en el disco duro y si se prueba una copa, todo el problema se reinicia de nuevo.
Muchos de quienes han superado la adicción, no salen de ARA, sino que como socios, actualmente con 85, o como colaboradores, siguen vinculados a la entidad. Ofrecen su experiencia como la mejor foto del éxito. “Esto se puede superar”, dicen.
Todos confirman que es el alcohólico el último en percatarse del problema y también todos coinciden en que el apoyo de la familia es “fundamental”. Superar una adicción es “duro” y siempre es mejor hacerlo rodeado de personas que le apoyan a uno.
“Es una droga”, asegura el presidente de ARA José Salvador González, que mediante concursos en la sede de la asociación en Carretera de Ronda, charlas, mesas informativas en la calle y frente al hospital Torrecárdenas y la marcha del sábado, pretende “concienciar al a población de que el alcohol crea adicción”.
Adicción igual a enfermedad
Una adicción que, como enfermedad que es, acarrea otros problemas. Hoy por hoy, el perfil del alcohólico sigue siendo el de un hombre de unos 40 años. Aún así, ARA ha visto cómo éste ha ido variando con los años y actualmente son también muchas las mujeres que caen en el alcoholismo y, sobre todo, los adictos “son cada vez más jóvenes”.
Con 20 años y en terapia
En los programas de terapia para abandonar el alcohol hay ya varios veinteañeros, insiste González, que es conocedor de que cada vez se empieza antes a probar el alcohol y “lo que empieza como algo que sólo se prueba los fines de semana, acaba por ser una adicción difícil de superar”.
De hecho, ARA no tiene en su programa a adolescentes, pero sí es consciente de que algunos menores están ya inmersos en esta enfermedad.
La terapia que, el grupo de profesionales de ARA desarrolla en Almería, es de dos años. Es sólo entonces, cuando el alcohólico recibe el alta terapéutica. “Eso no significa que puede volver a beber. Eso nunca”, asevera el presidente de la asociación.
González explica que es posible apartar la adicción hacia una carpeta del cerebro ya en desuso, pero, como si de un ordenador se tratara, el alcohol permanece en el disco duro y si se prueba una copa, todo el problema se reinicia de nuevo.
Muchos de quienes han superado la adicción, no salen de ARA, sino que como socios, actualmente con 85, o como colaboradores, siguen vinculados a la entidad. Ofrecen su experiencia como la mejor foto del éxito. “Esto se puede superar”, dicen.
Todos confirman que es el alcohólico el último en percatarse del problema y también todos coinciden en que el apoyo de la familia es “fundamental”. Superar una adicción es “duro” y siempre es mejor hacerlo rodeado de personas que le apoyan a uno.
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