Medicina y médicos son dos términos que en los últimos meses van de la mano de otros como recortes, ampliación de horario laboral, encierro o, incluso, huelga. Si esto ocurre en los medios de comunicación y en las conversaciones a pie de calle, en las consultas y hospitales, los facultativos reclaman otros términos: “respeto” y “dignidad”. En este marco de protestas, malestar general y situaciones de estrés por parte de médico y paciente, el otorrino almeriense Francisco Martínez Amo ha sido elegido como presidente del Consejo Andaluz de Médicos.
“Es un orgullo”, asegura este almeriense nacido en Córdoba hace 65 años, consciente de que “es difícil, ofrecer lo mismo con menos”. Se refiere a la atención sanitaria, con menos profesionales y en una situación de ‘burn out’ o síndrome del profesional ‘quemado’.
“No pretendemos mandar”
Aún así, no se echa hacia atrás y considera que “todos a una”, los ocho colegios de médicos de Andalucía tienen que hacer oír su voz ante todas las administraciones. “No queremos mandar, pero sí que se oiga nuestra voz. Y los problemas como son”.
Y van a presionar para “dignificar” la profesión. Esto quiere decir, que no aceptan y, así lo dejarán claro, que no se pueden hacer contratos de un mes, ni del 75%.
No se trata tanto de defender unos derechos laborales de unos profesionales, que también, sino de defender al paciente. De entenderlo como razón de ser de una profesión que “es y ha sido siempre vocacional”, dice Martínez Amo.
Para este médico, hijo, nieto y padre de médicos, la situación que viven hoy los facultativos se agrava de forma “violentísima” en los Médicos Internos Residentes (MIR). Los recortes les han dado “de lleno” y la Administración, entiende Martínez Amo, debe ser consciente de que ya han terminado una carrera, superado un examen y que, si bien en periodo de formación, trabajan como profesionales que son. De hecho, por vez primera, van a concentrarse en Sevilla y los Colegios de toda Andalucía les van a facilitar el transporte.
Reivindicación de los MIR
“No pretendemos ir en contra de la Administración, sino ayudar a unos médicos a expresar su derecho de reivindicación”, dice Martínez Amo, que se reconoce preocupado por que el médico acabe siendo un profesional estresado y alterado que, a disgusto con su trabajo diario, acabe por trasladar al paciente ese nerviosismo. “El médico no puede nunca dejar de ver al enfermo como su razón de ser y la situación indigna a la que llevan los recortes, afectará, sin duda, al paciente”.
“La cosa está difícil”, asegura Martínez Amo que, no obstante, está dispuesto, con el resto de colegios andaluces, a “darlo todo para que el servicio público de salud siga siendo ejemplo en Europa y en todo el mundo”.
Una sanidad que con tanto recorte, no puede mantener la misma cartera de servicios, por más que se empeñen algunos. Y es que, “la labor del médico no es sólo diagnosticar y tratar, sino también consolar, investigar y contactar con otros que en su ámbito, también estudian”. El problema, con tanto recorte, es que el médico no va a poder hacer otra cosa que dedicarse meramente a la asistencia pura y dura. Así, “todo el sistema se resiente”.
Con las ideas claras, Martínez Amo se ha propuesto trasladarlas a quienes haga falta para mejorar una situación que afecta a todos.
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