Siete de cada diez hortalizas de Almería se consumen ya en el exterior

En medio del naufragio, Almería se agarra al madero de la esperanza verde; con la crisis en el lomo desde hace un lustro, la provincia tiene en el campo, en la producción hortícola su particular patrón, su valor refugio, su lingote de oro.
Ayer en la Casa de las Mariposas, al caer la noche fría, Cajamar presentó su ‘Análisis de la campaña hortofrutícola 2011-2012’, obra de un equipo dirigido por Roberto Torrente y David Uclés.
El informe estuvo prologado por la intervención del presidente de Honor, Juan del Aguila y el brillante economista de Intermoney, José Carlos Díez, ante un centenar de empresario y representantes del sector. El estudio recoge, a pesar de la situación económica y del freno en la demanda interna, magnitudes en crecimiento: de superficie cultivada alcanzando las 29.991 hectáreas; de producción en un 5,6 %; de valor de la misma hasta los 1.413.415 euros; y en exportación con 2.067.803 toneladas, un 69,5% de lo producido en la provincia.
También se pone de manifiesto  la voluntad de las comercializadoras por compensar la falta de dinamismo del mercado nacional apostando por las expediciones internacionales, lo que ha llevado una vez más a superar los registros anteriores.
Tomate y pimientos, estrellas
El valor de estas exportaciones ha sido de 1.741 millones de euros, con un aumento del 9,2%, siendo el tomate y el pimiento los productos estrella.
Alemania se mantiene como principal destino de nuestros productos, aumentando en un 15,6 % la facturación, seguida de Francia y Reino Unido. Superado el bache del E-coli y ante la situación actual, de una demanda débil por parte del consumidor, la agricultura ha mantenido una actitud firme y se ha postulado como el único sustento de la economía de la provincia.
Los crecimientos apuntados se deben a que el agricultor ha apostado más por extraer provecho a sus recursos que a ampliar superficie.
El estudio revela que se ha intensificado el cultivo y que teniendo en cuenta los ciclos se han llegado a explotar 46.140 hectáreas, un 3,4 % más que en la campaña anterior.
Muchos agricultores han recurrido al doble ciclo para maximizar los ingresos de sus explotaciones, al mismo tiempo que muchos de ellos y sus familiares, motivados por la carestía de la mano de obra, han resuelto el salario con un pago en especie y no dinerario.
Control biológico más barato
El valor de esta producción ha sido de 1,4 millones de euros, lo que constituye un 6,1 % más que en la campaña anterior, debido al aumento de la producción y de la mejora generalizada de las cotizaciones. Los gastos aumentaron en un 0,4 %, principalmente por las semillas y plantones, aunque contrarrestadas por los costes del control biológico, que ha experimentado un abaratamiento.
Por productos destaca el tomate, que aún habiendo caído un 5,7 % su producción y, por ende, su valor, ha sido el más demandado en los mercados internacionales, mejorando sus ventas en un 7,2 %.
Se puso también de manifiesto que el credito, aún con más limitaciones sigue fluyendo al campo almeriense, sobre todo a través de las cooperativas de crédito y que el valor de la tierra no decae, a pesar de la crisis.