Reconocimiento al trabajo bien hecho en el Stella Maris

La comunidad escolar del Colegio Stella Maris llevó a cabo un homenaje de reconocimiento al trabajo bien hecho a dos profesoras que han dedicado toda su vida a la docencia y a este centro educativo, como son Carmen Requena Company y Ramona García Masegosa, en el transcurso de un almuerzo que se llevó a cabo en el salón  Mojácar del Citymar Gran Hotel Almería, en el mismo acto se llevó a cabo un reconocimiento a la labor educativa que vienen realizando desde hace 25 años a los profesores Cristóbal Bósquet Álamo, Mari Carmen Gil  y Ana Rives. El acto estuvo muy concurrido y se llevó a cabo en un clima muy distendido y de convivencia, con contantes muestras de afecto hacia los homenajeados, que siempre han destacado en su larga trayectoria en el magisterio por su entera dedicación. De esta manera  quisieron transmitirlo los compañeros y compañeras de colegio Stella Maris.
A los postres, como es habitual en estos casos,  hubo diversas intervenciones, finalizando el acto  con las sentidas palabras de Sacramento Sánchez,  dedicadas a Ramona García, por tantos años de trabajo dedicados por entero a la enseñanza y sus constantes muestras de compañerismo, ya que siempre ha estado dispuesta a ayudar y colaborar con  los compañeros ofreciendo  un trato muy humano y servicial. También intervino a continuación  María Férriz, antigua alumna de Carmen Requena, para la que tuvo palabras llenas de elogios y muestras de afecto y cariño, por el trato recibido durante todos los años que la tuvo de profesores.
Por último,  se hizo entrega de unos obsequios a las homenajeadas, así como a los profesores Cristóbal Bosquet Álamo, Mari Carmen Gil y Ana Rives, por llevar 25 años ejerciendo la docencia en el centro educativo. Maribel Gómez, en representación de  la comunidad escolar comentó que la  docencia es la única profesión que crea a todas las otras profesiones “pocos sentimientos son tan gratificantes como los que se recogen de las personas queridas, gestos sinceros donde se da buena muestra del cariño y la admiración. Con ello, uno aprecia que toda una vida de entrega vocacional tiene su reconocimiento,  el personal, que aporta la satisfacción del trabajo bien hecho, pero también el de los demás, la familia, compañeros y amigos que van constituyendo día a día un eslabón importante en nuestro quehacer diario”.