La alarma saltó hace un par de años, cuando Mojácar se convirtió en un lugar para celebrar despedidas de soltero y, con ellas, fiestas más o menos salvajes que acababan con macrobotellones en la playa y otros lugares públicos.
Un panorama que nada tiene que ver con la idea que de este pueblo se llegó a tener en la década de los 60 y 70 cuando se convirtió en refugio de artistas. Aunque ya hace tiempo que esta parte de la costa almeriense dejó de ser protagonista de ese turismo bohemio, su objetivo ha sido el de un turismo familiar de calidad. Un objetivo que está en peligro por los nuevos y ruidosos visitantes.
Para poner coto a estos excesos y reconducir la situación, el Ayuntamiento lleva al Pleno previsto para hoy la Ordenanza reguladora de determinadas actividades de ocio en el término municipal de Mojácar y que prevé sanciones que oscilan entre los 100 euros y los 60.000 para las calificadas de muy graves.
Irritación vecinal
En el preámbulo del documento ya queda clara cuál es el sentir del equipo de Gobierno. “En nuestro municipio, cada fin de semana, los jóvenes, salen por la noche a divertirse y a reunirse en plazas, parques, etc., para hablar y relacionarse entre sí, beber y escuchar música. Esta nueva expresión de ocio nocturno juvenil, convertido en un fenómeno masivo al aire libre, se caracteriza -entre otros aspectos- por el uso abusivo de alcohol, que deberá despertar entre todos reacciones cuanto menos de preocupación. Pero es que también muchos vecinos sienten enorme irritación por las molestias que el ruido y la suciedad les causan”, recoge el texto de la ordenanza.
La norma municipal tiene por objeto “la regulación del consumo y venta de bebidas, así como la prevención de incívicas actuaciones perturbadoras de la convivencia ciudadana” y aclara que por actividad de ocio, se entiende “toda distracción que consista en la permanencia y concentración de personas en espacios abiertos del término municipal, que se reúnan para mantener relaciones sociales entre ellas, mediante el consumo de bebidas de cualquier tipo”.
El texto que debatirá el Pleno detalla las prohibiciones que regirán a partir de su aprobación y las infracciones y sanciones que se aplicarán a quien las incumpla. Así, entre las infracciones leves, que podrán tener multa de entre 100 y 300 euros, se incluye la concentración de personas consumiendo bebidas fuera de las zonas habilitadas para ello, el abandono envases y restos de bebidas, o hacer necesidades fisiológicas fuera de los servicios autorizados.
Como infracciones graves, con multa de hasta 24.000 euros, figura, por ejemplo, el aprovisionamiento de bebidas para su consumo en los espacios abiertos autorizados mediante encargos realizados por vía telefónica, mensajería, vía telemática o cualquier otro medio.
Por último, como muy graves y con multa de hasta 60.000 euros, se recogen, entre otras, las situaciones de grave riesgo para los bienes, para la seguridad e integridad física de las personas o para la salud pública.
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