El asesino escapó tras ser asediado por 50 agentes durante 16 horas

El asesino escapó tras ser asediado por 50 agentes durante 16 horas

Simón Ruiz
01:00 • 09 oct. 2013

No habló. No dijo ni una sola palabra: bebió un trago de agua, agachó la cabeza y fue esposado. Juan León Castillo, de 52 años de edad, vecino de Gérgal, fue detenido cerca de la una de la tarde de ayer en un paraje junto a la carretera que lleva hasta Las Aneas.


Habían pasado 74 horas de un horrible crimen y 16 horas de asedio por medio centenar de guardias civiles. Juan está acusado de matar a su hermana y herir a otras dos personas con disparos de su escopeta.


No era un falso rumor “Se ha escapado”. La frase corrió de boca en boca en mitad de la plaza del pueblo. Nadie dio crédito a lo que decían los vecinos. Podía ser un falso rumor, como el que circuló el día anterior cuando se pensó que estaba escondido en un cortijo de su propiedad. No fue así.




En Gérgal saben que Juan se conoce el pueblo como la palma de su mano. Las arrugas que delatan más de la edad que tiene se han curtido andando por la sierra. Hasta allí huyó en busca de un escondite entre minas y pozos abandonados.


Antes de eso tuvo tiempo, con la frialdad que cometió el crimen en una mañana de domingo cerca de su casa, de andar por la localidad. Sin miedo a ser visto. Llegó hasta los pisos de protección oficial, cerca del cementerio y a un escaso kilómetro del cuartel de la Guardia Civil, y se topó de bruces con Ángel. Le pidió un cigarro y éste, quizá presa del pánico de ver a la persona más buscada en Los Filabres, le dio el paquete entero.




Cuentan que Ángel – no quiso hablar ante los periodistas – salió corriendo al cuartel. “No busquen en la casa. Está en el campo”. De pronto, por la plaza del pueblo empezaron a desfilar los todoterrenos y las motos. Y algunos guardias con pasamontañas. Era verdad. “Se ha escapado el Cascapolos”.


Nadie daba crédito a lo que estaba sucediendo. “Si han estado toda la noche rodeando la casa”. Francisco Javier Parra, hijo de la mujer herida, jura haberlo visto la noche anterior. “Le dijo a mi tío “Qué””, en tono amenazante.




Juan León se encerró en la casa de su madre. No se le volvió a ver hasta que trató de ocultarse entre unas ramas, en un camino lleno de pizarra.


La Guardia Civil no descarta hipótesis sobre su fuga, pero afirma que estuvo cercado en el interior de la casa. El alcalde, Miguel Guijarro, respira con profundidad. Ya ha pasado todo. “Ese es capaz de haber hecho un butrón y salir por otra casa”. Es una posibilidad. Una más entre tantas que se barajan en una historia llena de especulaciones y cuyo final quizá se escriba dentro de unos años en la Ciudad de la Justicia.


Cámaras de televisión y fotógrafos corren de un lado a otro lado de la plaza. Sin saber a dónde ir. Sin saber si la casa va a ser asaltada. Y de pronto apareció Antonio Lao. “No busquen más allí arriba. Ya está detenido. Estaba en una barranquera. No iba armado”. Pronuncia frases cortas. Aún está nervioso. Pasa de una cámara a otra para entrar en directo y contar cómo hizo de guía ante la Guardia Civil para llevarle hasta el escondite de su paisano.


Lao Cortés, conocido como ‘El Rulo’, fue la última persona que vio al asesino-fratricida en libertad. “Sí. Lo he llegado a ver. Estaba al lado mío cuando le han puesto las esposas. Yo llevaba una botella de agua y le he dado un trago. Le he dicho: ‘¿Juan qué has hecho?, pero no me ha dicho nada. Me ha mirao, ha agachao la cabeza y ya está”.


Es el testimonio que relata Lao a LA VOZ pasadas las tres de la tarde. Por las calles del pueblo no se ve un alma. Bueno sí. A unos guardias, algunos con escaleras en mano, tratando de reconstruir esas larguísimas horas de fuga de Juan León, 74 horas de un misterio aún por aclarar.


Al calabozo


Juan León Castillo, de 52 años de edad, alias el Cascapolos, ha pasado su primera noche en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería.


Alrededor de las dos y media de la tarde, dos horas después, aproximadamente, de su arresto en una zona próxima a la carretera que conduce a Las Aneas, fue trasladado desde el acuartelamiento de Gérgal hasta las dependencias de la Comandancia, en la Carretera de Ronda, en la capital almeriense.


León Castillo no iba armador en el momento de su detención, según distintas fuentes consultadas por este periódico.


En un plazo máximo de 72 horas, que expiran el próximo sábado, el detenido pasará a disposición de la autoridad judicial.


Qué dice la Guardia Civil


 
La Guardia Civil barajó la posibilidad de que la detención de Juan León como presunto autor de la muerte de su hermana, Isabel, se produjera fuera de la casa en la que se atrincheró la noche del pasado martes.


Vecinos de Gérgal aseguraron haber visto al presunto asesino llegar al domicilio materno para permanecer allí escondido. Fue sorprendido in fraganti y avisada la Guardia Civil. Alrededor de 50 agentes rodearon la zona.


La Benemérita siempre ha trabajado con la idea de que Juan León estaba dentro de la casa de la madre. Incluso un agente actuó de negociador. Francisco López, portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil, lo confirmó ayer a mediodía.


“Nosotros hemos estado trabajando desde el primer momento dentro de ese perímetro, intentando convencerlo para que depusiera su actitud. A lo largo de la mañana se ha procedido a su detención”, afirmó.


Cuando se le preguntó por el hecho de que la detención se haya producido fuera del domicilio materno, López insistió en que “era una opción que estaba contemplada y, efectivamente no nos hemos equivocado”.


El portavoz de la Comandancia informó que para despejar dudas se iba a proceder, a continuación, a registrar la casa en la que se escondió el asesino. “Tenemos que determinar de qué manera se ha podido escapar”.


Por su parte, el alcalde de Gérgal, Miguel Guijarro (PP), no llegó a descartar en la Cadena SER que el detenido “escapara haciendo un butrón”.


También en la SER, el subdelegado del Gobierno, Andrés García Lorca, destacó la importancia de que la detención se hubiera practicado sin emplear violencia por parte de los agentes de la Guardia Civil y siempre “evitando riesgos” a la población.


García Lorca no pudo dar más detalles de la detención y la investigación que se ha abierto para conocer dónde realmente ha estado el detenido, por qué lugares ha pasado, con quiénes ha hablado y si ha tenido colaboradores.



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