La empresa almeriense Crumar, dedicada al sector de la artesanía en piedra natural, ha entrado en concurso de acreedores tras 24 años de existencia debido a su estado de "insolvencia" así como a un descenso en el nivel de ventas, el cierre de líneas de financiación y al volumen de impagados que acarrea la sociedad.
Así consta en el auto dictado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Almería, al que ha tenido acceso Europa Press, auto en el que se refleja que la empresa, tras sucesivas ampliaciones, llegó a contar con un capital social de 249.420 euros.
Según las cuentas ofrecidas por la propia empresa concursada, que aún mantiene un grupo de trabajadores en plantilla, su activo es de 3.764,970,97 euros mientras que su pasivo asciende a 5.448.646,99 euros, un desequilibrio que ha sido el causante de la puesta en marcha del concurso de acreedores que se ha puesto en manos de los tribunales.
El procedimiento, de carácter voluntario y ordinario dadas las características de la empresa, será administrado por Silchris Auditores, que deberá comunicar la situación de la empresa a los acreedores así como a los empleados de Crumar para que puedan recurrir, en su caso, al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).
Crumar fue fundada como sociedad anónima laboral por cinco socios artesanos en el año 1989 en la localidad almeriense de Fines, si bien diez años más tarde se constituiría como sociedad anónima para proceder a la producción de trabajos artesanales en piedra natural y mármol.
La sociedad, participada por el expresidente de la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía (AEMA) Bienvenido Cayuela, centró su actividad desde sus orígenes en la fabricación y comercialización de chimeneas, columnas, balaustradas y fuentes, entre otros elementos. Sus instalaciones cuentan con una superficie de 4.700 metros cuadrados equipadas con maquinaria y tecnología destinada a la figuración del mármol.
Desde que iniciara su actividad la empresa, con sede en la localidad de Fines, había realizado una fuerte apuesta por la obtención de valor añadido, aplicando la artesanía a sus procesos productivos. Esa vocación más próxima al diseño que a la manufactura simple de la piedra natural, la ha llevado a tener una presencia activa no sólo en España sino en países como Inglaterra, Irlanda, Francia, Suiza, Austria, Estados Unidos o Emiratos Árabes.
En cualquier caso no es la primera vez que Crumar tiene problemas económicos. Hade dos años la empresa fue objeto de un enfrentamiento con buena parte de sus trabajadores; el motivo era el impago de salarios durante varios meses lo que derivó en una serie de movilizaciones y denuncias para reclamar a la dirección una solución para el colectivo que reclamaba cinco meses de atrasos.
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