Condenado a nueve años de cárcel por abusar de su nieta de tres años

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería ha condenado a un vecino del municipio de El Ejido a una pena de siete años de prisión por un delito de abusos sexuales detectado en el año 2010. El varón estaba acusado de tocamientos a su nieta de sólo tres años de edad.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha confirmado ahora la validez de la sentencia desestimando el recurso de casación interpuesto por el acusado y, por tanto, convierte en firme el fallo de tribunal almerienses dictado en marzo de este mismo año.

La sentencia se sostiene en cuatro argumentos incriminatorios. En primer lugar, los informes periciales corroboraron que la niña había sufrido abusos sexuales. Durante las exploraciones psicológicas confesó que su abuelo le había realizado tocamientos. El tribunal subraya que a los tres años de edad “no es posible la fabulación” de tales situaciones, es decir, la niña no podía inventar abusos sexuales de esa dimensión, sólo narrar acontecimientos reales.

En segundo lugar, la madre de la víctima denunció que la pequeña le había contado los abusos y por eso la llevó inmediatamente a un hospital para que le realizaran una exploración médica. En tercer lugar, el informe pediátrico mostraba lesiones genitales “compatibles” con un caso de abuso sexual. Este  argumento fue crucial para sostener las acusaciones contra el abuelo.

Y finalmente la declaración de la abuela aportó las circunstancias en las que se pudo producir el abuso. La niña se quedaba normalmente a dormir con sus abuelos, según el relato de hechos aportado en el procedimiento judiciales. El delito se cometió de forma continuada entre los meses de junio y agosto del año 2010. El acusado fue condenado en primera instancia en la Audiencia Provincial de Almería y presentó recurso al Supremo. Vistos los argumentos en su contra, el Alto Tribunal ni siquiera admite el recurso de casación.

Este es el segundo "caso almeriense" en un mes resuelto en el Tribunal Supremo donde el testimonio de una menor de tres años sirve para incriminar a un acusado de abuso sexual.  Esta circunstancia es especialmente compleja y poco común. Los tribunales de justicia exigen pruebas muy sólidas de la verosimilitud de las acusaciones cuando el relato procede de una exploración psicológica de menores de tan corta edad. El otro caso, adelantado por LA VOZ DE ALMERÍA, es de un varón ejidense acusado de abusos a dos hijos de seis y tres años, y en presencia de la pequeña de sólo dos.