La cerveza no tiene que quedar excluida de los regímenes de adelgazamiento, dicen los endocrinos

Almería ha sido la ciudad andaluza escogida para presentar esta tarde las conclusiones del IV Simposio Internacional de la Cerveza que, entre otras cosas, establecen que quien está a dieta no tiene porqué dejar de consumir cerveza de forma moderada. Y es que conviene más que el obeso se adhiera a una dieta durante un largo periodo de tiempo que la abandone porque todo le resulta aburrido o pesado, señalan los endocrinos Manuel Gargallo y Manuel Castillo hoy en el Colegio de Médicos de Almería.

Lo que engorda más acostumbra a ser el acompañamiento de la cerveza, la tapa, el snack o la comida. Algo que va más en consonancia con las costumbres del país que con la cerveza propiamente dicha. De hecho, no hay estudios científicos, han dicho los endocrinos, que avalen la expresión de la tripa cervecera. Es decir, que no se ha demostrado que la cerveza provoque un mayor engorde de la zona abdominal.

Y si la cerveza no queda excluida de las dietas de adelgazamiento, menos aún, siempre según las conclusiones de este estudio, de la reposición de agua después de hacer ejercicio físico. Ya saben, si hacen deporte y sudan, bien pueden reponerse después con una o dos cervezas. Eso sí, mejor sin tapa.