La víctima cruzó la alhóndiga a la carrera en una huida desesperada para salvar su vida, mientras el agresor blandía la sierra mecánica por encima de su cabeza, entre amenazas varias y cajas de verdura fresca que entorpecían el paso de la persecución.
La escena se vivió el pasado viernes en una distribuidora vinculada al grupo Agroponiente, en la pedanía de Matagorda (El Ejido). El agresor es S. G. G. de 51 años de edad y nacionalidad española, según fuentes judiciales consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA.
S. G. G. está acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa contra un abogado y agricultor de la zona que supuestamente gestionaba los asuntos legales de su ex compañera sentimental, con la que mantenía algunos conflictos tras la separación, según los primeros datos conocidos sobre el suceso.
Según confirma la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, el varón fue capturado el pasado viernes 14 de marzo por agentes del Puesto Principal de El Ejido y pasó a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Cinco del municipio, en funciones de guardia.
La persecución
Se le imputa un homicidio en grado de tentativa, ya que el juez estimó que existen indicios de su voluntad de matar a la víctima, aunque no consta que se produjeran finalmente daños personales. En estos momentos el imputado se encuentra en prisión preventiva en el centro penitenciario El Acebuche.
Unos días antes del suceso, el presunto agresor, conocido para muchos de los agricultores, entregó unos botes de mercromina como advertencia. Sin embargo, nadie sospechó la gravedad de los planes que entonces preparaba para el abogado.
El viernes, en plena subasta agrícola, irrumpió armado con una sierra mecánica y con su objetivo focalizado ya en el punto de mira. Una única solución. A correr.
El ataque de S. G. G. provocó una situación rocambolesca en la alhóndiga ejidense, con hortalizas volando y personas encaramadas a las cajas en busca de lugares más seguros, según el relato de los testigos.
La amenaza de la agresión alcanzó rápidamente a la víctima, que huyó despavorida mientras tiraba cajas de hortalizas en el camino como mecanismo de protección. Había que poner tierra de por medio y, a ser posible, algunos obstáculos en el camino del furibundo propietario de la motosierra para poner cara su captura.
En prisión
A la vez, varios agricultores trepaban las líneas del producto amontonado en la nave para evitar desde las alturas la cuchilla de la sierra mecánica. Testigos del incidente aseguran que algunos tuvieron que pedir ayuda luego para poder regresar al suelo una vez resuelta la detención del presunto agresor y pasado el peligro de, por así decirlo, sufrir los daños colaterales de aquella disputa.
Finalmente, el caso se resolvió sin víctimas y la Guardia Civil de El Ejido arrestó a S. G. G. por una tentativa de homicidio. De momento, permanecerá en la cárcel de Cuevas de los Medina a la espera de la decisión del juez instructor del caso.
“Guardar esto que va a hacer falta”
No se ha confirmado que sea cierto, pero en la comarca corre como la pólvora la pequeña historia de este suceso, una historia que indica que el presunto agresor habría dejado en la oficinas de la alhóndiga unos botes de mercromina afirmando que los guardaran porque iban a ser necesarios.
Lo que está fuera de toda duda es que el caso ha alcanzado enorme notorieda
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