Aunque lleva desde principio de mes al frente de la dirección del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, la Consejería de Medio Ambiente dio ayer a conocer el nombramiento de Emilio Roldán. Nacido en Avilés (Asturias) y residente en Almería desde los cinco años, viene a sustituir a José Manuel Quero, quien estuvo al frente de este puesto hasta el pasado mes de abril.
Roldán, de 58 años, es licenciados en Ciencias Biológicas por la Universidad de Granada. Tras pasar por varios puestos dentro de la administración central y regional, hasta hace unos días ha desarrollado su actividad como jefe de Servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Delegación Provincial de Medio Ambiente.
¿Cómo afronta este nuevo reto profesional?
Con ilusión y ganas, no podría ser de otra manera dada la complejidad de los problemas con los que nos encontramos en este espacio natural de la provincia de Almería.
¿Cuáles son las principales dificultades que presenta actualmente el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar?
La masificación de nuestra costa. Hay que regularla de alguna manera. Para ello tenemos el plan de movilidad sostenible, ya aprobado por la Junta Rectora del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Es un documento que persigue dar una solución integral al problema del tráfico rodado y a la cantidad de gente que nos visita, principalmente, cada verano. Pretendo avanzar en él. Ahora hay que ir poniendo en marcha sus conclusiones, aunque ya se aplican algunos modelos de movilidad sostenible, como ocurre en los accesos a las playas de Mónsul y Genoveses, en San José.
¿ Y los retos a los que se enfrenta como director conservador de este espacio natural?
Desde el paraguas de la conservación de nuestros recursos naturales, lo que ya he comentado anteriormente, como la movilidad sostenible, y avanzar con todos los equipamientos de uso público con los que cuenta el parque y que son más de 40. Tenemos que ir sacando a licitación cada uno de ellos para ponerlos en servicio.
La promoción y la estacionalidad turística también suele preocupar bastante. ¿Cómo se puede combatir?
Existen multitud de empresas que hacen actividades durante todo el año en el propio parque y hay que apoyar a ese tejido empresarial para romper con la estacionalidad.
¿Cree que el caso del hotel de El Algarrobico, de Carboneras, está causando daño a Almería y, en concreto, a Cabo de Gata?
El Algarrobico para mí no es un ejemplo de desarrollo ambiental ni desde el punto de vista económico. Ya se ha demostrado en otros lugares a lo que nos lleva ese desarrollo económico de los hoteles en primera línea de playa. Lo han vivido los pequeños y medianos comercios de Roquetas y lo están viviendo en muchas zonas de España. Además, se trata de una aberración ambiental que no conduce a nada.
¿Cómo valora el trabajo desempeñado por su antecesor, José Manuel Quero?
Yo valoro muy positivamente el trabajo desempeñado por los antiguos directores conservadores del Parque Natural de Cabo de Gata. Quero ha sido un magnífico director. Durante el tiempo que ha estado al frente de este espacio se ha elaborado un plan de movilidad que a mí me toca ahora implantar. En los últimos seis años, he compaginado mi trabajo como jefe del Servicio de Espacios Naturales con la dirección del Parque Natural de Cabo de Gata cada vez que quedaba vacante este puesto.
¿Cómo define a Cabo de Gata?
Es difícil porque ya hay muchas definiciones, pero para mí es una de las joyas naturales que existen en la actualidad en España.
¿Cuál es su lugar favorito del Parque Natural de Cabo de Gata?
Cada uno tiene el suyo de entre los 53 kilómetros de costa con los que cuenta. A mí me gusta esconderme en algunas de las calas que hay entre la Isleta del Moro y Rodalquilar. No digo más.
Hay quien ve en la conservación restricciones y freno al desarrollo. ¿Qué opinión le merece?
Siempre habrá quien piense que un espacio protegido tiene demasiadas restricciones, pero qué es el parque ahora y qué era antes. No creo que haya sido un freno para nadie.
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