El Villa de Vícar ‘sanciona’ a sus alumnos expulsados con la Biblioteca Municipal

Un original proyecto educativo está teniendo lugar desde el mes pasado en el municipio de Vícar. Se trata de un acuerdo entre la AMPA del instituto ‘Villa de Vícar’ y el ayuntamiento de esta localidad mediante el cual los alumnos ‘expulsados’ del centro  cumplen esta sanción de forma voluntaria en la biblioteca municipal de la antigua Casa de la Juventud municipal tras el consentimiento de sus padres.
Hasta ahora han sido cinco alumnos, de 1º y 2º de ESO a los que tras “suspenderles el derecho de asistencia al centro” -según se  le llama ahora legalmente a las expulsiones-, los que han tenido que ir a diario, entre tres y dias días, a la biblioteca municipal del centro cultural de La Gangosa.   Ahí han permanecido en una sala específica durante el mismo horario que tendrían en clase, acompañados de un técnico social del ayuntamiento y realizando un listado de actividades proporcionado por los profesores antes de dicha sanción.
“Nos dimos cuenta de que a veces la expulsión se convertía más en una recomensa que en un castigo”, afirma Carmen Peña, técnico del municipio. Al trabajar los padres, los niños se quedaban solos en casa sin hacer nada o enganchados al ordenador.
No se trata de escolares agresivos sino de aquellos que acumulan pequeñas sanciones por molestar en clase y otras conductas “disruptivas”, cuenta la directora del centro, Reyes Pérez.  Luego hay un trabajo posterior de reflexión con el alumno sobre su conducta, añade esta docente.
El alcalde, Antonio Bonilla asegura que  “se trata de un proyecto que se ha puesto en marcha con  mucha ilusión y  que genera expectativas  de éxito”.

Actividad voluntaria. Los padres tienen que firmar un escrito por el que aceptan esta medida alternativa y que se responsabilizan de sus hijos en el horario escolar. “Los padres tiene que estar de acuerdo e incluso están agradecidos”, afirma Reyes Pérez, directora del IES ‘Villa de Vícar’.
Por esto, el llamado proyecto ‘Guía’ necesitó legalmente una doble firma de colaboración entre el IES y el AMPA por un lado y entre el AMPA y el Ayuntamiento de Vícar por otro.  “Los alumnos lo toman como un castigo y al principio van un poco asustados”, cuenta la directora. Sin embargo, todos han cumplido hasta ahora. Para ello, cuentan con la supervisión de un equipo de técnicos sociales y educativos del ayuntamiento con Carmen Peña al frente.  Este proyecto se acoge a la Orden de 20 de junio de 2011 de la Junta por la que se adoptan “medidas para la promoción de la convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos públicos”. Solo se había puesto en práctica antes en otro centro de La Mojonera.