Níjar

El 30 por ciento de la superficie de Almería está declarada como zona oscura

El área de máxima protección del cielo nocturno coincide con los espacios naturales

Parque natural Cabo de Gata Níjar
Parque natural Cabo de Gata Níjar
Mª Ángeles Arellano
22:11 • 20 mar. 2015

Más del 30% de la provincia  es zona oscura, según la zonificación realizada en Almería por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía. El reglamento para la protección de la calidad del cielo nocturno y el establecimiento de medidas de ahorro y eficiencia energética de la Administración autonómica establece las bases para la división del territorio andaluz en distintas áreas de protección, al objeto de adecuar los niveles de alumbrado a los usos y actividades de cada zona.





En Almería las zonas oscuras o zonas E1 (suelo no urbanizable en espacios naturales protegidos) suponen un área de 274.442,575 hectáreas del total de la provincia, 876.705,457. Esto supone un 31,3% de la superficie de la provincia, declarado  como zona de máxima protección del cielo nocturno.





Numerosos espacios naturales, con diferentes figuras de protección, tienen esta denominación, como son Cabo de Gata-Níjar, la Albufera de Adra, el Desierto de Tabernas, Punta Entinas-Sabinar, Piedra Lobera, la Sabina Albar o Sierra María-Los Vélez. También lo son Castala, Arrecife Barrera de Posidonia, la Isla de Terreros e Isla Negra, Sierra Alhamilla, la Cueva de Ambrosio, el Karst en Yesos de Sorbas, la Sierra de Gádor y Enix, la Isla de San Andrés, Sierra Nevada y Sierra Cabrera, entre otros.
También cuenta con esta denominación los fondos marinos de Punta Entinas-Sabinar y del Levante.

Observatorio Calar Alto Como ya contó LA VOZ la Consejería de Medio Ambiente declaró punto de referencia el Observatorio Astronómico de Calar Alto, al objeto de minimizar la afección de la contaminación lumínica procedente de lo núcleos urbanos del entorno. Para ello se establecieron sus zonas de influencia (Z1) y de influencia adyacente (Z2), que sufrieron algunas modificaciones respecto a lo establecido inicialmente.
Según ha detallado la Administración autonómica, la denominada zona Z1 supone una superficie de 13.272,957 hectáreas, de forma circular, y afecta a los términos municipales de Alcóntar, Bacares, Castro de Filabres, Gérgal, Olula de Castro y Serón.





Por su parte, la zona Z2 ocupa una superficie dentro de la provincia de Almería de 246.009,03 hectáreas y llega a un total de 68 municipios almerienses, entre los que se incluyen la capital, Níjar, Albox, Macael y Tabernas, por citar solo algunos.
El 1,5% de la superficie de la provincia está clasificado como zona de influencia y el 28% como zona de influencia adyacente, según los datos ofrecidos por la Consejería de Medio Ambiente.

Con criterios ambientales Con el denominado reglamento para la protección de la calidad del cielo nocturno y el establecimiento de medidas de ahorro y eficiencia energética se propicia la inclusión de criterios ambientales en las instalaciones de alumbrado exterior, tanto públicas como privadas y con la salvedad de las vinculadas a señalización y seguridad. Esta zonificación se supedita al objetivo de compatibilizar los intereses municipales y empresariales con los científicos, ecológicos y de ahorro energético.
El cielo nocturno de Andalucía está considerado, por sus condiciones geográficas y climatológicas, uno de los mejores de Europa para la realización de observaciones astronómicas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la contaminación lumínica es el principal enemigo de la observación del cielo ya que disminuye la visibilidad de los astros, perturba el desarrollo natural de los ecosistemas y puede afectar a la salud de las personas .

Para un alumbrado eficaz A principios de 2012, David Galadí, astrónomo y entonces responsable de comunicación del Observatorio Astronómico de Calar Alto, explicaba que los requisitos que la normativa establece para el alumbrado serán de obligado cumplimiento para los nuevos proyectos y sólo en casos muy concretos afectarán a la iluminación ya existente. En ella se establecen criterios para un alumbrado eficaz, sostenible y respetuoso con el medio ambiente y la calidad del firmamento.
La protección de la calidad del cielo reportará beneficios considerables de carácter económico gracias al ahorro de energía, pero también de tipo científico, tecnológico, cultural y turístico.








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