Los municipios con pasado argárico se unen para convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de un área cercana a los 50.000 kilómetros cuadrados del sureste hispánico de las provincias de Almería, Murcia y alguno de Granada y Valencia, donde los yacimientos de la última cultura prehistórica presente en la península tienen mayor incidencia. Un tesoro cultural e histórico que debe ponerse en valor y para lo que media la Asociación de Amigos de El Argar.
Reconocimiento Mucho antes de una actuación generalizada en todos los yacimientos, el fin último al que se aspira, desde la Asociación “trabajamos para el reconocimiento y reivindicación de la Cultura del Argar a través de quienes lo han trabajado”. Así lo destaca el presidente de la Asociación, Julián Pérez, bisnieto de quien fue capataz de Luis Siret y por tanto uno de los mayores conocedores de la cultura más representativa de la evolución social en el sureste peninsular.
A la asociación también pertenecen el arqueólogo Schubert que ha realizado nueve excavaciones en el Levante, en el año 91 realizó la de El Argar, en Antas; un gran conocedor del Bajo Almanzora como es Osvaldo Arteaga, catedrático emérito de la Universidad de Sevilla; o Rafael Micó, catedrático en Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona, que hace pocas semanas se desplazó hasta Antas para hablar de la violencia y el poder hace 4.000 años.
Desde Murcia La localidad de Totana ya inició en 2010 una tramitación en solitario que fue apoyada por entidades y organismos vinculados a la arqueología. No obstante, la idea fue rápidamente desechada entendiendo la necesidad de abrir las puertas a un proyecto superior que permita el reconocimiento general a la Cultura argárica.
Tres almerienses Finalmente, con la mediación de la Asociación de Amigos de El Argar ha conseguido el apoyo de las principales instituciones municipales afectadas, por el momento Totana, Antas, Turre, Cuevas del Almanzora, y algunos municipios de Granada, donde en las últimas décadas (con la ayuda de la Universidad de Granada) se han conseguido desarrollar varios proyectos de recuperación. La intención es llegar a todos los municipios de Valencia, Murcia y Andalucía con yacimientos arqueológicos (puestos o no en valor).
El objetivo que ya se marcó en Totana, es que sean catalogados como "obras del hombre, o bien las obras conjuntas del hombre y la naturaleza, incluidos los lugares arqueológicos, que tienen un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico", según los criterios de la UNESCO.
Hace tres años la asociación participó en unas jornadas en Totana en las que se planteó que era necesario un trabajo conjunto para reivindicar la Cultura del Argar como un ámbito de actuación mayor, no localista. De Totana partió la idea de llegar hasta la Unesco, es ahora cuando se está reactivando y ha llegado la voluntad de cooperación a los municipios implicados en la provincia.
Catalogación La catalogación será garantía para el adecuado mantenimiento y puesta en valor de los yacimientos y, de cara al futuro, supondría la llegada de turismo cultural no estacional, con una gran repercusión en el ámbito social, cultural y económico de todo el ámbito argárico. Sólo en la localidad de Antas hay cerca de 40 yacimientos, no todos explorados, y en esta localidad (donde se encuentran los terrenos y el yacimiento que da nombre a esta milenaria cultura) es donde se han encontrado el mayor número de enterramientos; uno de los principales valores históricos que sirven para el estudio de la cultura. “La iniciativa generaría un turismo cultural sin precedentes en la zona y prácticamente en España”, explica el presidente de la asociación, Julián Pérez. De hecho, la voz unánime de los especialistas de todos los ámbitos científicos y culturales coincide en destacar que si El Argar estuviera en Madrid o Barcelona, esas intervenciones ya serían una realidad.
El capataz dibujante Entre los años 1840 y 1928 vivía una de las personas que más cerca ha estado del mundo argárico. El antense era la mano derecha de un gran estudioso de la cultural argárica como fue Luis Siret. Pedro Flores es una figura poco reconocida pero muy importante en la historia de la arqueología española, “el negro de Luis Siret”, como hoy aún se le reconoce en el ámbito familiar.
Estando Siret trabajando de ingeniero de minas en las Herrerías, incluso cuando se ausentó por la Guerra Mundial de España, Pedro Flores seguía visitando yacimientos y registrando lo que iba encontrando en yacimientos de Almería, Huelva, Portugal, Valencia, Alicante, Murcia.
Los cuadernos de campo de Pedro Flores, un total de 170, están en manos del Museo Arqueológico Nacional. Son 31.000 documentos donde dibujaba y anotaba lo que encontraba; de una forma no muy académica, escrito en andaluz; pero su legado y su figura también entra de todo lo que hay que reivindicar dentro de la Cultura de El Argar.
Gracias a él Su legado son miles de enterramientos, los primeros tesoros y las viviendas y chozas escarpadas en las montañas, la organización arquitectónica más habitual en la época.
Por el momento, desde el Ayuntamiento de Antas se ha dado su nombre al Museo que en el futuro albergará el Centro de Interpretación de la Cultura del Argar. Aún se encuentra a la espera de tener ayuda de la Junta de Andalucía para poder iniciar su actividad museística, algo que lleva varios años de retraso de la previsión inicial.
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