Roquetas de Mar

Piden que tres niños se queden con sus abuelos tras fallecer su madre

La decisión de un juez de que sean llevados con “un padre que los abandonó” despierta la solidaridad de todo el barrio 

Protesta vecinal.
Protesta vecinal.
Marta Rubí
01:00 • 24 sept. 2015

Poco a poco, los vecinos de la Avenida Juan Carlos I de Roquetas van llegando a las puertas del juzgado. No saben si quiera si pueden estar allí, pero tienen que hacer algo. Es una acción  desesperada, ante una situación que no logran entender. Muchos de ellos son padres que acaban de dejar a sus hijos en el CEIP Las Salinas, el mismo en el que L., P. y A. cursan sus estudios, y afirman desconocer por completo al padre de los menores, “nunca lo hemos visto”.

El tío y el abuelo de los menores, José Alberto y Francisco E., se distinguen entre la multitud por su semblante preocupado y cansado. Ha sido una noche larga, desde que la Guardia Civil apareciera en la tarde del miércoles para entregar a los niños a su padre, “a un señor que los abandonó hace cinco años”. Según su relato, por aquel entonces, A. E. llevaba tres años luchando contra un cáncer y el entonces matrimonio tuvo que afrontar un deshaucio que se resolvió con una dación en pago. “Entonces, el marido de mi hermana hizo las maletas y los dejó en la calle”, relata José Alberto.

Sus padres se hicieron cargo de la situación. Trasladaron su domicilio desde Andújar hasta Roquetas de Mar y mantuvieron a su hija y a sus tres nietos. “Hace tres años se hizo efectivo el divorcio pero el ‘padre’ nunca ha cumplido con la sentencia y no ha cumplido con sus obligaciones en cuanto a visitas o a la pensión”, explica el tío de los menores. “Aunque mi hermana nunca quiso poner una denuncia penal, sino solo un requerimiento para que se cumpliera la sentencia de divorcio”, un hecho que confirma la abogada de su hermana, Antonia Segura.

Tras ocho años de lucha, el cáncer pudo finalmente con A.E., quien falleció el pasado 6 de septiembre. “En su testamento pedía que sus hijos se quedaran con los abuelos, aunque no sabemos hasta qué punto tiene valor judicial”, mantienen.




Denunciados por rapto
La sorpresa llegó el pasado viernes, cuando los abuelos maternos fueron citados para el lunes en los juzgados de Roquetas por una denuncia “por sustracción de menores”. Acudieron “pero no se nos escuchó, ni a nosotros ni a los niños”, se lamenta el abuelo. El juez ordenó que los menores, una niña de 12 años y dos mellizos de 8, fueran entregados al denunciante el martes por la tarde, pero la intermediación del fiscal a instancias de las dos abogadas en las que se apoya la familia y del abogado de Servicios Sociales del Ayuntamiento, a quien acudieron hace dos semanas para consultar la situación , consiguió paralizar la entrega.

“Sin embargo, ayer (por el miércoles) a las seis de la tarde, llegó la Guardia Civil a llevárselos”, cuenta José Alberto. El vecindario entero trató de evitarlo sin éxito, en un episodio que causó un ataque de ansiedad a la niña de 12 años. “Vino el 061 y nos fuimos a urgencias. El informe médico es contundente. La niña no debía irse con su padre”, afirma el tío de la pequeña mientras muestra los documentos oficiales. La situación llevó a la familia a denunciar los hechos y a realizar un llamamiento a la sociedad para que apoye su causa: “Ahora mismo no sabemos ni dónde están los pequeños, nadie puede imaginar este sufrimiento”.

Ambos piden al juez roquetero que reconsidere su decisión. En la mañana de hoy interpondrán una demanda civil para que, de manera urgente y, al menos, de forma transitoria, los niños vuelvan con sus abuelos. El vecindario entero los apoya. 




“El bienestar de los niños es lo primero”
La familia materna de L., P. y A. acudió hace dos semanas al Ayuntamiento para consultar cuál es la situación de los niños. El propio abogado de los Servicios Sociales, Gabriel Andújar, se prestó a ayudarles en todo el proceso legal y, desde el miércoles, está volcado con la familia, al entender que “estos niños no deberían tener un cambio tan brusco de vida, de la noche a la mañana”. Andújar subraya que “el interés de los menores es lo primero” y que “después de que se les haya preparado para la pérdida de su madre, debiera haber una pauta para que el posible cambio de domicilio y de entorno se realizara de forma progresiva”.

“La decisión judicial debería ir acompañada de informes sobre si el padre resulta idóneo, si tiene una vivienda en condiciones...”, explica, “deben tener todas las garantías porque su bienestar está por encima de todo”.
Un argumento que comparten las dos abogadas que están ayudando estos días a la familia de forma desinteresada.  La primera, Antonia Segura, había llevado el proceso de divorcio y conocía “la deuda de unos 9.000 euros que se le debía a los niños en manutención”. La segunda, Noelia Carmona, ha sido asesora  de la madre de los niños en cuestiones laborales. “Había visto a los niños alguna vez, al venir su madre con ellos, pero no conocía a la familia. Vinieron hace unos días a pedir asesoramiento, y lo que se ha de-sencadenado desde entonces es muy duro”, dice.









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