Terque vuelve a celebrar los oficios y la memoria con miles de visitantes

Terque reventó ayer de gente, de alegría y del color de la memoria. Andar por el apretado casco urbano de este bello municipio del Andarax era como pasear dentro de una antigua postal, llena de vestidos, utensilios y sonidos antiguos. 
Después de trece años, la llamada “Jornada de Recuperación de Oficios Antiguos de Terque” no deja de mejorar. No hay nada igual en Almería, ni en la capital. Esta es la reacción de los que ayer conocían por primera vez esta fiesta del pasado por la que sus calles se llenan de esparteros, carteros, hojalateros...de oficios perdidos y tareas artesanas recuperadas.

La que dio pie a todo fue la de barrilero y la faena de las mujeres que metían las uvas para la exportación.  
Se amplió el horario hasta las seis de la tarde, se cambió de fecha a domingo  para no coincidir con las fiestas y se añadieron nuevos oficios, como el de tejer la seda. “Ha sido muy importante porque es incluso una tradición más antigua, del siglo XVII y XVIII y hasta la época de los musulmanes, que la llevaban hasta la Alcaicería de Granada”, afirma Alejandro Buendía tras acompañar a los representantes políticos.  

Miguel y Rosa Mari Maqueda la hilan a mano directamente de los capullos mientras Darío Cadenas, vende membrillos y caquis del árbol de su patio-huerto, abierto por vez primera a los visitantes. A la entrada, tres hermanas, María, Lola e Isabel junto a Lourdes reciben a los visitantes en el lavadero. Una de ellas se ofrecía de niña en los años 70 a las parturientas. “Me gustaba mucho lavar y me ofrecía a las madres a lavar las gasas de los niños”, recuerda Lola. 

Cambio de fecha Más arriba, Antonio Maqueda llega desde Íllar y elabora “la zorra”, una jaula hecha de cañas con fuegos de artificio destinada a fiestas de la provincia. Recuerda a José Antonio Blanes, pirotécnico de Bentarique, para el que trabajó muchos años.  La multinacional Cuadrilla del Maestro Gálvez volvió de Sorbas para no parar de tocar y bailar  parrandas, boleros, jotas y malagueñas entre otras. 
La fiesta de ayer estrenó también alcalde, José Nicolás Ayala, que en 2003 era concejal de cultura cuando comenzó esta jornada convertida hoy en fiesta.  “Decidimos sacarla de las fiestas para darle más relevancia y que salga mejor”, afirma el actual alcalde. “Teníamos ese temor y hemos comprobado que ha sido positivo”, concluye. Y tanto. 
Junto a él acudieron ayer Sonia Ferrer, delegada del Gobierno de Andalucía, delegados de Economía y de  Medio Ambiente, la diputada de Igualdad, alcaldes y diputados provinciales, que recorrieron las calles a fondo.  A las dos, todo el mundo bajó al aparcamiento, sin coches, para dar cuenta de dos enormes deliciosas paellas de ‘Paellas Gigantes Sierra Nevada’.