Hay ejemplos que nos demuestran que la verdadera vocación existe. ¿Cómo alguien que se confiesa poco amante de la tecnología diaria (cuenta que compró su primer teléfono móvil hace solo ocho meses), puede estar tan al día con todo lo que tiene que ver con la medicina?El doctor Juan Manuel González Pérez es una de las personas más queridas en El Ejido, por su carisma y la pasión con la que ejerce su trabajo: cuidar de prácticamente todos los hijos de las familias del Poniente.
El pediatra de todos Comenzó muy joven, desempeñando su profesión en sitios diversos, desde Granada hasta el municipio almeriense de Bacares. En 1984 volvió a su pueblo, El Ejido, donde desde hace más de 30 años es el pediatra de varias generaciones de niños del Poniente. “Volvería a estudiar lo mismo, lo tengo claro”, dice, pese a que ser uno de los médicos más solicitados de la zona le ha costado dejar de lado su propia vida durante todos estos años. Pacientes suyos han sido casi todos los alcaldes de la localidad ejidense, parlamentarios -Juan Callejón entre ellos- o embajadores que hoy pasean el nombre de El Ejido por el mundo. El actual edil, Francisco Góngora, también ha visitado su consulta en alguna ocasión.
“Lo más gratificante de mi trabajo es la sonrisa de un niño”, cuenta. Intenta no dormirse en los laureles, ser capaz de afrontar todo lo que se le avecina cada día y, por supuesto, una de sus labores más importantes es la misión de tranquilizar a los padres que le confían la salud de su hijo. Recuerda nostálgico el caso de un niño que trató y que murió hace años; sus padres le regalaron una placa homenaje para agradecerle todo lo que había hecho por él: ahora van a su consulta nietos de esa familia. Tiene una visión muy crítica de la sociedad. Piensa que la ‘corriente antivacunas’, muy de actualidad, es “una auténtica aberración y un contrasentido, sin ninguna base científica”. Cree que mientras que el tercer mundo sueña con un sistema de vacunación decente, el primer mundo pierde el tiempo y además olvida el gran número de enfermedades que no hace tantos años asolaron a la especie humana y que además tienen graves efectos secundarios.
Sobre el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad), también cuenta con su particular visión. Este tipo de alteración es ahora mucho más común y diagnosticada que antes porque “la vida es mucho más estresante, los embarazos menos tranquilos y las lactancias menos sosegadas. Es un tema que se ha silenciado mucho a lo largo de los años. El TDAH está presente en todas las culturas y países, en diferentes variables, pero como media, en cada clase puede haber uno o dos niños afectados”.
Considera que hoy en día los padres “protegen demasiado a los niños”. “Los tiempos cambian”, piensa en voz alta. Los padres deciden serlo a una edad más tardía, son hijos muy deseados que se quieren proteger y mimar de manera excesiva. “Antes nos criábamos de manera más salvaje”, dice entre risas.
Juan Manuel es un ejemplo de vida dedicada a los demás, un médico de toda la vida que ha sabido ganarse el cariño de muchos ejidenses que no han dudado en poner en sus manos la salud de sus hijos.
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