El pueblo abraza a su nuevo hijo adoptivo, Francisco Martínez-Cosentino

Hay personas que, a cada paso que dan, pulverizan retos y barreras históricas que un día se antojaron imposibles. Incluso cuando no son conscientes de ello. Francisco Martínez-Cosentino Justo es una de ellas. El presidente de la multinacional que ha batido récords en el sector de la piedra y en el mundo de las encimeras -esto sí, de forma más que consciente y con un gran trabajo y sacrificio detrás- recibió el domingo los honores que acompañan al nombramiento de hijo adoptivo de Olula del Río.

Hace tan sólo unos meses, Martínez Cosentino-Justo no conocía que la Corporación olulense le iba a convertir en el primer macaelero que recibía este nombramiento en Olula del Río. Casi sin quererlo ha roto con una de los muros simbólicos levantados entre dos pueblos vecinos cada vez más unidos gracias a gestos (que siempre necesitan de personas) como éste.Acompañado por familiares, amigos y la Corporación municipal, el dirigente de la multinacional recibió el Escudo de Oro del pueblo de manos del alcalde de la localidad, Antonio Martínez Pascual. 

Valores
Aunque seguramente, más allá de los obsequios materiales, lo que guarde será el calor de su gente y las sinceras palabras que le dedicaron a lo largo del acto. “Se trata de reconocer a una persona que encabeza una familia que ha apostado por nuestra comarca, por esta comarca del Mármol, para desarrollar su actividad y eso es digno de admirar y de agradecer por todos”, explicaba como razón para este nombramiento el regidor olulense. Valores como “superación, esfuerzo, sacrificio, humildad y cercanía”, según Martínez Pascual, que Francisco Martínez-Cosentino Justo lleva por bandera tanto en su vida “personal” como en lo laboral. 

Durante su intervención, el presidente del Grupo Cosentino tuvo palabras para “la comarca y sus pueblos, yo vivo aquí,donde está mi familia, mis amigos, donde criamos a nuestros hijos, están nuestros antepasados y nuestra historia. Este es nuestro centro del mundo”. El empresario natural de Macael recordó a amigos, compañeros y anécdotas, dedicando la distinción “a todas las personas de nuestra comarca que han tenido que irse fuera, entre ellos mi hijo, pero que cuando vuelven a su tierra, vuelven al centro del mundo”.