Ya no somos la alegría de Segunda

Que me perdone Borbalán pero voy a ser breve con el árbitro. No voy a escribir ni su nombre pero me consta que era riojano y Juan Carlos y saveljich anotaron antes del descanso para el Almería y no fue gol.

Deben saber los árbitros que cuesta mucho hacer un gol fuera de casa como para anularlo pero entiendo que pitarle al Almería es muy fácil y su repercusión es poca. No somos el Málaga o Las Palmas.

A este paso los lunes no voy a escribir nada del Almería porque veo tantas cosas positivas que no existe la queja y me cuesta repartir elogios para no ser un 'pelotas de oferta'.

Lo primero que me viene a la memoria tras el 0 a 2 en Soria es el disgusto que le dimos a una afición amiga y a un club que nos salvó la vida en la última jornada ganando a la Cultural Leonesa.

Esta vez no vamos de pardillos por la Segunda División ni regalamos nada. En Cádiz y en Pamplona perdió el Almeria por errores que ya no se cometen y el cambio ha sido radical.

El equipo de Fran Fernández hace daño al contrario y le busca en su propio campo. Marca un gol y quiere el segundo. Se despista menos y cuando lo hace no acaban las jugadas en gol. Hasta la suerte echa un cable.

Lo mejor de todo es que busco algo negativo y no lo encuentro. Solo me sale alegría del partido del Almería y me contagia el orgullo de escuchar el Carrusel con el Almería de protagonista.

Lo único malo del partido fue el árbitro que se equivocó siempre en contra del Almería. No es mal árbitro pero se equivocó.

Ya no somos los tontos del barrio ni la alegría para lo rivales fuera del Mediterráneo.

Con Fran se acabaron los regalitos al rival.