La radio que me parió

Hoy es el día de la radio y para mí que no celebro este tipo de acontecimientos solo se me ocurre agradecer a todos los que se cruzaron en mi camino por la radio, y tanto me enseñaron.

Yo no he dado nada a la radio y la radio me lo ha dado todo. Desde aquel día que entré en los estudios de Radio Juventud de Almería hasta el día de hoy no han parado de moverse los gatos por la barriga y el miedo al piloto rojo sigue latente.

La radio forma parte de mi vida y le debo un libro que no se si lo voy a escribir, pero ya tengo el título: 'La radio que me parió' en ella agradeceré públicamente todo lo que este medio me ha dado y me sigue dando.

Jamás pude imaginar que mis estudios de electrónica me darían tanto en este medio. Lo mío con la radio no es solo un tema de micrófono, gracias a Dios también hago la técnica. Para algo me ha servido la carrera.

En este día de la Radio solo quiero decirles que todo lo que ella me enseñó lo he enseñado. He abierto el micrófono a muchos compañeros a los que enseñé todo lo que yo sabía. Esta ha sido mi humilde contribución al medio.

La radio que me parió me sigue haciendo feliz. Disfruto mucho con ella. Y encima me pagan por ello. Soy muy afortunado.

Yo que he tenido la suerte de alternar con otros medios como prensa y televisión, tengo claro que no cambio la radio por ninguno de ellos. Palabra de honor.

En este día de la Radio solo se me ocurre dar las gracias a ustedes los oyentes. Imprescindibles en este mundo de la comunicación. Son el destino de nuestras emociones.

Y no quisiera acabar sin agradecer a todos los que me rodean su contribución para que la radio cada día sea mejor. Rafa Góngora, mi hijo directo en las ondas, y Carlos Miralles, mi hijo, me soportan cada día con toda la presión que la radio genera. Gracias.

Viajando a mi corazón me brotan los recuerdos de ENCARNI GONZÁLEZ con mi primer programa (musical) y de allí a (deportes) con JOSÉ MIGUEL FERNÁNDEZ al que seguía por las ondas de la Radio y tuve el enorme placer de hacer Radio con él. GRACIAS MAESTRO.

He dejado en último lugar a mis directores (muchos) a los que le agradezco que confiaran en mí. Algunos ya no están entre nosotros como aquel ANTONIO SÁNCHEZ JIMÉNEZ-PAJARERO que me daba miedo, siendo yo tan joven.

Yo me llamo Antonio Miguel Fernández Camacho y alguien de la Radio (palabra que no lo sé, me enteré por LA VOZ) me bautizó como Tony Fernández y hasta el día de hoy que han pasado 35 años volando.

La Radio que me parió ¡Cuánto te quiero!