Nadie reconoce a este Almería

El 4-1 al descanso, reflejo de una malísima primera parte

Carlos Miralles
22:09 • 03 oct. 2019

Descolocación, falta de tensión competitiva, dudas, poca alegría... Se pueden poner todos los problemas del Almería encima de la mesa y se tardaría mucho en dar con las soluciones, al menos tras lo ocurrido en El Molinón. Ese equipo con verticalidad, lleno de confianza y sangre caliente, desapareció por completo.



Llegaba de una derrota el conjunto de Pedro Emanuel y quería pasar con nota el examen frente a un Sporting que necesitaba ganar para escapar de la zona caliente. Puso más alma en el césped el conjunto local y a los cuatro minutos se adelantó en el marcador.



El Almería había rotado, metiendo a Silva y Balliu en los laterales, Coric en la medular, y Gaspar en la izquierda. Pero sería injusto poner el foco en la defensa o en los nuevos. La desconexión general permitió al Sporting mandar 2-0 antes del minuto 20. Fueron dos acciones calcadas. Centros laterales -uno por cada banda-, rematados por Valiente y Babin, respectivamente. La defensa en zona no funcionó. Esa variante requiere de una intensidad fuerte que el equipo no tuvo en la primera parte. Tan cómodo se sentía el Sporting que caía con sus delanteros al punto más débil del Almería: la banda de Jonathan Silva. Recortó distancias Petrovic tras falta botada por Gaspar, lo más destacado del primer tiempo. Parecía que se iniciaba otro duelo, con los almerienses apretando, aunque cualquier intento de remontada quedó frustrado por un feroz Aitor García.




Primera goleada
Coric perdonó el empate, pero el Sporting tenía ganas de fiesta. Una pérdida de balón en la medular y la salida de los centrales a tapar el centro dejó solo a Aitor frente a René. Colocó el balón en el palo largo y el 3-1 asentaba a los locales. En el último minuto, de un saque de banda a favor del Almería en campo contrario, el mal repliegue defensivo permite al Sporting cabalgar sin dificultad al área, Aitor se vuelve a quedar solo y bate a René. 4-1 en contra de unos futbolistas muy lejos de su mejor versión. Irreconocibles en todos los ámbitos, sin alegría en el juego y llegando tarde en la presión, había que mirarse a la cara en el vestuario.




Salió con otro espíritu el Almería, y con cambios. Owona se fue por lesión y entró Martos; mientras que Gaspar dejó su sitio al debutante Darwin. En el tramo final, una falta lanzada por Coric era rematada por Maras a la red. 4-2 que no se movería. Pedro Emanuel tiene que hacer ver a sus hombres que esto debe quedar en un accidente. Los baches iban a llegar, y ahora se va a poner encima de la mesa el valor de esta plantilla. Capacidad y calidad hay de sobra. Pero lo de El Molinón no se puede repetir más.






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