“Vendía dulces en los semáforos para pagarme un billete a España”

La historia de Esteban Rincón, trabajador UDA y jugador de Cludemi

Esteban Rincón y una historia de deporte en el Almería.
Esteban Rincón y una historia de deporte en el Almería. Carlos Miralles
Carlos Miralles
13:25 • 27 dic. 2019

Los aficionados del Almería que hayan acudido en los últimos seis meses a la sede del club habrán visto a Juan Carlos Marín y a un joven colombiano. Se llama John Esteban Rincón Henao y tiene una historia de vida a sus espaldas. Nació hace 21 años en Medellín, vivió en Cali, está casado con Erika Viviana Molina Zúñiga, y cuando se levanta cada mañana piensa en deporte. Ha sido medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 2013 con su país en la modalidad de básket en silla de ruedas, trabaja para el Almería en la venta de entradas y abonos; y compite cada día con el Cludemi, equipo de la Fundación UDA.



Pero, ¿por qué un joven de 21 años ha dejado su Colombia natal para venir a España?. LA VOZ y Cadena SER estuvieron con Esteban Rincón en el Estadio Mediterráneo para repasar una trayectoria de superación y esfuerzo, porque no fue fácil tomar la decisión junto a su mujer de hacer las maletas y dejar a la familia tan lejos: “Vivía con mi esposa en Colombia y decidimos buscar más oportunidades. Primero aterrizamos en Alicante, con mis suegros, pero se nos empezaron a complicar las cosas, sobre todo a mí, al no tener aún el certificado de discapacidad”.



Con el fin de viajar a España con la mayor celeridad posible, Esteban tuvo que hacer de todo para ganar dinero y poder sacar el billete junto a su mujer. Una historia que tiene muy presente ahora que ha encontrado la estabilidad en nuestra ciudad. “Antes de venir a España me ganaba la vida en los semáforos vendiendo dulces para poder conseguir un vuelo hacia Alicante”, apunta. “Mi mujer y yo llevamos ya dos años casados, aunque me dicen que aquí no es tan habitual contraer matrimonio tan joven. Con 19 ya teníamos el anillo”, finalizó.



De Alicante a Almería
Hace año y medio que Esteban aterrizó en Almería. Poco a poco fue superando las dificultades del cambio de residencia y quería practicar el deporte que más le apasiona. Le plantearon la opción del Cludemi, por lo que de nuevo tendría que viajar e instalarse en nuestra ciudad. Reconoce que fue la decisión más acertada: “Quería jugar al baloncesto en silla de ruedas a nivel profesional después de representar a mi país en dos ocasiones, pero en Alicante no había equipo. Me puse en contacto con un compañero y me dijo que en Almería sí. Me habló de Cludemi, y compaginaba el baloncesto con mi trabajo, que era vender Lotería en las calles”. Eternamente agradecido a la ciudad, al Almería, a la Fundación, y a Cludemi por brindarle la posibilidad de continuar con su carrera deportiva: “Almería es oportunidad. Es una ciudad que te da posibilidades para salir adelante”.



Internacional
Un palmarés envidiable, con dos participaciones en los Panamericanos y una medalla con Colombia, pero Esteban quiere más. Explica que sus inicios en el deporte fueron complicados en su país, máxime cuando su modalidad es en silla de ruedas. La pasión por el baloncesto le hizo seguir adelante: “Empecé a jugar con 13 años, y también fue difícil, porque en Colombia no hay equipos en silla de ruedas por categorías, sino una estándar. Entrenaba solo para mejorar la fuerza de cara a canasta y tras tres meses llegué a Nuevos Horizontes, donde debuté”.



Medalla de plata
En la entrevista con este medio, Esteban Rincón acudió con la ropa de Colombia, Andalucía y Cludemi, sin olvidar los balones de baloncesto y fútbol más la bufanda rojiblanca. El deporte es fundamental en la vida y más para una persona que se colgó la medalla de plata muy joven: “El baloncesto es mi pasión y con este club empecé a jugar las Ligas. Con 15 años representé a Colombia Sub 23 y conseguimos la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 2013. Sentí más hambre de seguir y acudí a otros Panamericanos, en 2017, acabando en cuarta posición”. Está en Almería para encontrar estabilidad y disfrutar de un proyecto como el que le ofrece la Fundación que encabeza Lorena García: “Pensé que del baloncesto se puede vivir también y por eso hablé con mi mujer para venirnos a España, y en concreto a Almería por la oportunidad de Cludemi y la Fundación UDA. Somos felices”.



Como en casa
Es trabajador con contrato fijo en el Almería y puede compaginar el baloncesto con la vida laboral. Cuando consigue anotar un punto con Cludemi siente una motivación especial, porque recuerda lo que le costó iniciar el camino en esta modalidad: “Una canasta es una enorme alegría en cada partido. No soy de mirar los puntos que he conseguido, sino de ganar”. No se pone un techo a nivel profesional, y sí sueña con llevar a Almería a la máxima categoría del baloncesto en silla de ruedas: “Quiero estar en España muchos años compitiendo y alcanzando la División de Honor. Espero ascender con Almería a la máxima categoría”.



Agradecido al trato del resto de empleados del club, Esteban Rincón cierra con una reflexión: “Siempre desde pequeño me ha encantado el deporte, y también el fútbol. Llevo seis meses en el Almería y me siento como en casa, es como una familia. Se están portando fenomenal”. No hay techo para una estrella.


Temas relacionados

para ti

en destaque