La UD Almería pierde en Ponferrada y esta vez no fue un accidente. Partido gris del conjunto rojiblanco en El Toralín, donde continúa con su racha negativa. Era un duelo de dos colosos que buscaban la plaza de ascenso directo, una prueba de fuego que Rubi pedía para reaccionar después del tropiezo en Lezama ante el Amorebieta. Sin embargo, desde el inicio hubo un equipo que metió una marcha más, ganaba los duelos individuales y no dejaba respirar a los hombres determinantes del Almería.
La Ponferradina no tiene la calidad individual del conjunto almeriense, y suple ese déficit con un esfuerzo defensivo impecable, dejando en solo dos disparos a puerta en noventa minutos al mejor ataque de la competición. Samú Costa, fruto de la enorme presión berciana, falló en un pase atrás y Dani Ojeda se chocó frente a un muro y un santo llamado Fernando Martínez. Aviso para el portero y una defensa en la que debutaba Srdjan Babic.
Incómodos
El único rayo de luz lo puso Ramazani con una acción individual cerca de la frontal que terminó con un zurdazo al travesaño. Curro Sánchez y Lucas Robertone no recibían balones claros para generar peligro; los laterales apenas cruzaban la medular y Lazo terminaba perdiéndose. El peor partido de los cinco que van hasta la fecha. Solo se salvó el meta Fernando.
Sin hacer ruido, esperando su momento, la Ponferradina dio otro paso más después del descanso. Adelantó la presión asfixiando al Almería, incapaz de conectar con Umar Sadiq o los dos bandas. Los duelos individuales caían del lado berciano, el público hacía el resto y la polémica llegaba. Paris Adot entró hasta el área pequeña y dispara a puerta, tocando lo justo Srdjan Babic para despistar a Fernando. Para sorpresa de todos, Varón Aceitón llama desde el VAR a Arcediano Monescillo y anula el gol por fuera de juego de Yuri. Ese fue el momento que decantó el choque. Los de Rubi no lo aprovecharon y la rabia contenida de la Ponferradina dio sus frutos con un zurdazo imperial del propio Paris Adot. Un premio que se trabajaron.
Problemas
Segunda derrota de la temporada y primeras conclusiones para un Almería que sufrió un mundo sin la pelota y se vio desbordado en presión y duelos individuales. El centro del campo no apareció ni dio las soluciones de calidad que dan Samú, Robertone y Curro. Solo un último arreón, a la desesperada, hizo creer al equipo con rascar un punto. La Ponferradina se fue atrás con el marcador a favor, consciente de que al Almería le hace falta muy poco para marcar gol. Amir y los compañeros levantaron un muro que trataron de derribar sin éxito los almerienses. No era el día, quizá más fruto del posicionamiento berciano.
Posición
Sadiq es un futbolista determinante en el Almería. Al margen de sus goles, cuando baja a recibir o cae a banda descoloca a las defensas. Pero en El Toralín solo lo hizo una vez -con éxito-, en la primera mitad, y después no hubo manera de conectar con él. Se trata de una de las derrotas que no tienen discusión alguna; la Ponferradina puso las cartas encima de la mesa y se llevó la partida. Un aviso a navegantes para buscar un plan B en este tipo de duelos. Nunca es tarde para aprender una lección.
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