A falta de 6 jornadas para que finalice la temporada y conociendo a los rivales a los que se tiene que medirse el equipo de Rubi no solo aparece el cartel de favorito: hay más.
Este lunes juega en Almería el Sporting y el sábado 30 lo hará en El Plantío el equipo de Rubi pero poco se está hablando del gran rival para el ascenso.
Lleva la misma camiseta y tiene los mismos puntos. Menudo peligro para Rubi si no lo sabe controlar y manejar como a la Ponferradina: por ejemplo.
Control de egos
El gran rival ahora es el propio Almería porque hizo lo más complicado y si no sube será culpa suya. Le dominará la presión y pagaría su error.
Hay que seguir como hasta ahora. No cambiar nada pero sabiendo quién es el único rival a batir para alcanzar la meta. Depender de uno mismo es un regalo que debe valorar el entrenador.
Ansiedad por llegar a la meta
Lo han sufrido todos los clubes cuando acarician el objetivo. Llegan las ganas de celebrar y cruzar la meta de una forma desordenada y aquí debe de notarse la mano del entrenador.
Hay que dominar las emociones y salir al campo como en la jornada 15 o 20, sabiendo que el Almería siendo el Almería va a ganar: y así hasta seis veces seis.
No cambiar nada
El entrenador catalán que ha dominado el entorno para no lanzar las campanas al vuelo tiene por delante seis exámenes y los va a sacar con nota si mantiene lo expuesto hasta la fecha.
Alineaciones coherentes. Cambios oportunos. Manejo de las emociones y seguir controlando el entorno. Si le da por cambiar se va a equivocar y el Almería perderá contra el Almería.
Ningún rival le va a crear más problemas al Almería que el propio Almería.
No hay que volverse locos.
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