Una rojiblanca de los ochenta

El cambio se nota a la legua. La franja blanca en el centro hace recordar a los aficionados más veteranos aquella Agrupación Deportiva Almería que en su primera temporada entre los grandes de nuestro fútbol llevaba el blanco justo en el centro de la camiseta. Y no le fue mal con aquella elástica de la marca Adidas ya que nadie logró ganar en el Franco Navarro en toda la temporada. Aquella camiseta es un tesoro que guardan los pioneros del coleccionismo.

Hoy la primera equipación, la que se va a utilizar en los partidos de casa lleva el blanco justo en el centro y nos recuerda aquel equipo que en la temporada 1979-80 saltó a la fama como debutante en la máxima categoría. La lucieron los César, Paniagua, Piñero, Máxi, Garay, Martínez, Rolón, Murúa y muchos más en aquel equipo dirigido por el mítico José María Maguregui.

Ochentera

Para la temporada actual se ha apostado por unas líneas más finas y un diseño que sabe a fútbol de antes cuando las camisetas reflejaban la historia y la tradición de los clubes. Antes no había segunda y tercera equipación y solo se cambiaba de colores por obligación siendo la camiseta verde y el pantalón blanco la única alternativa cuando se visitaba a equipos como los dos Atléticos.

Aquel fútbol de los ochenta ha vuelto gracias a una primera equipación que de la mano de Castore nos hace viajar a un fútbol de antes lleno de solera. No había en aquella temporada 1979-80 tiendas para despachar camisetas ni se vendían en la sede del club. Un banderín, una pegatina para el coche y poco más para los abonados.

Maguregui

Cuando se estrenaron las camisetas en el campo de la Carretera de Sarriá frente al Espanyol con derrota por 5 a 2 nadie se podía imaginar que iban a vivir una temporada tan sobresaliente con aquella camiseta que se le hacía rara al aficionados por tener la línea del centro blanca cuando desde la fundación de la Aggrupación Deportiva Almería fue roja.

En la imagen que comparten el jugador Garay con salvador Echave y José María Maguregui se puede ver una de aquellas camisetas que no se vendían en sede del club y solo conservan aquellos afortunados que las recibieron de un futbolista amigo porque el control del utillero era férreo para que no se perdiera ni una camiseta.