Penalizados por los desajustes defensivos

La historia se repite. El devenir de los duelos del actual Almería acaba en decepción porque siempre queda el amargo sabor de que se hizo lo suficiente para conseguir un marcador mejor, pero no se logró.
    

Hubo sorpresa general cuando se supo que Vicente Moreno repetía ante el Valencia el mismo once que venía de perder en Villarreal. Tenía su parte de lógica porque los nuestros venían de hacer un gran partido en la Cerámica, pero el entrenador hacía correr al equipo un gran riesgo al situar a Chumi como lateral siendo central. Fue precisamente por ese costado por el que se fraguó la derrota en tierras castellonenses y fue por esa misma zona por donde comenzaron los males para el Almería el pasado sábado.
    

Balance

Como había ocurrido en el encuentro perdido en la jornada quinta el equipo rojiblanco afrontaba el partido con las bajas de dos de sus laterales diestros. Se da la circunstancia de que en esta demarcación el equipo dispone de tres alternativas; como el invento de Chumi en el lateral no había sido positivo podía pensarse que Mendes podía ser el encargado de cubrir las ausencias de Pozo y Pubill. No fue así.
  

Y la primera en la frente. En un minuto gafe para los supersticioso como el 13 César Montes sale del área para parar a Javi Guerra, la pelota queda suelta y Diego López, que parte con un metro de desventaja sobre Chumi le gana en velocidad y hace el 0-1. Era medir a un central con un extremo y en lo que respecta a celeridad el resultado fue el esperado, gol del extremo. En cualquier caso el improvisado lateral hizo lo que pudo. Fue de menos a más y terminó a un gran nivel y siendo vital en el gol del definitivo empate asistiendo a Akieme.
    

La clave

El tanto recibido cayó como una pesada losa sobre jugadores y público locales que trataron de darse un tiempo para asimilar el marcador adverso y buscar la reacción. Fue en el último cuarto cuando la casta, las ganas y la fe de nuestros futbolistas le llevaron a bombardear la meta de Mamardashvili y convertir a éste en el héroe de su equipo.
    

Se llegó al descanso con desventaja pero con la sensación de que la remontada estaba al alcance de los nuestros.  Se confirmó la reacción y el partido acabó en tablas. No es un buen resultado dada la situación en la tabla, pero sumar es mejor que salir de vacío.
    

Como viene ocurriendo en la mayoría de los partidos disputados por el Almería al cierre del mismo se salió con la sensación de que se había hecho lo suficiente como para haber ganado. Una sensación que confirman los datos estadísticos del partido, que no pueden ser refutados, aunque si manipulados.
    

El Almería realizó 17 remates por 7 el Valencia.  Diez de los del conjunto indálico fueron a puerta y sólo 5 de los visitantes llegaron a Maximiano.  Mamardashvili realizó 8 paradas, cinco de ellas de máximo nivel, Maximiano sólo 3, una de cierta dificultad.
    

El análisis

Es por ello por lo que me atrevo a significar que mientras que los porteros de los conjuntos rivales del Almería están siendo vitales para sumar puntos en el caso del guardameta rojiblanco no se están registrando paradas que se salgan de lo normal. Tiempo al tiempo.
    

Lo cierto es que pese a haber sumado sólo dos puntos en los seis encuentros disputados hay motivos para pensar en positivo porque el Almería ha dado la cara y ha competido en todos y el duelo frente al Valencia no fue una excepción.
    

Sigo teniendo claro que hay mimbres para conseguir el objetivo y que una victoria sería la mejor medicina para curar los males que tiene el equipo como consecuencia de ser los últimos de la fila. Los jugadores están demostrando un nivel de profesionalidad e implicación máximo y tarde o temprano esta actitud tiene que dar sus frutos, esperemos que más pronto que tarde, a ser posible el martes en Sevilla.