El entrenador almeriense José Mari Salmerón conoce bien la historia de Gaizka Garitano. Al menos sus últimas baladas como futbolista profesional. Cuando él dirigía al Deportivo Alavés, el actual técnico rojiblanco encaraba la recta final de su carrera deportiva antes de pasar directamente al mundo de los banquillos. Ocurrió en la temporada 2008-2009 en Segunda División.
El conjunto de Mendizorroza militaba en la categoría de plata y en su plantilla estaba Garitano. Había quedado libre de la Real Sociedad y afrontó su último gran reto como paso previo a la retirada. Anteriormente, el de Derio había defendido las camisetas de Athletic Club, Lleida, Eibar, Ourense y Real Sociedad. En términos generales el Alavés no pudo completar sus objetivos porque terminó descendiendo a Segunda División B con 43 puntos junto a Alicante, Eibar y Sevilla Atlético.
Era uno de los jugadores importantes del equipo por su veteranía (tenía 34 años), pero no hubo manera de evitar la caída a Segunda B. José Mari Salmerón, Mandiola y Javi López fueron los inquilinos del banquillo vitoriano aquella campaña, la última de Garitano como futbolista profesional.
En una entrevista con El Correo aquel año 2009 explicaba su situación. "El último servicio de Gaizka Garitano al Alavés es un gesto de honestidad, un detalle inhabitual en el depredador mundo del fútbol. Renuncia a su segundo año de contrato sin recibir a cambio compensación alguna, un arreglo con coste cero para la entidad", empezaba la información. "El club se quita así un problema con mi salario en la situación en la que está. No quería ser un impedimento para su futuro", apuntó Garitano.
"Ya tenía ganas de acabar. Tengo 34 años. Me encontraba con fuerzas para otro año en Segunda, pero con el descenso es mejor así. Es muy probable que cuelgue las botas. Ahora quiero descansar, limpiar la cabeza y desconectar. Ya tomaré la decisión", explicaba Gaizka, que finamente tomaría el rumbo de los banquillos.
Recuerdos
"He jugado muchas veces allí. Allí me retiré, estaba tieso ya y no podía ni con el alma. El recuerdo de allí siempre es bueno, mi aita fue segundo entrenador con Mané y es un equipo al que tengo cariño. Pero ahora es un rival directo y necesitamos ganar este partido. Nosotros llevamos mucho tiempo sin vencer y por eso ya jugamos finales", comentó este viernes en la previa del choque.
Al banquillo
No tardaría mucho Garitano en vivir de nuevo el fútbol desde dentro aunque con perspectiva diferente. En 2010, solo un año más tarde de colgar las botas, regresaría a una de sus casas para entrenar al Eibar, con el que lograría dos ascensos importantísimos para el club armero desde Segunda B a Primera División. Con una larga trayectoria ya en el balompié profesional, afronta el reto más importante para levantar a una UD Almería que cierra actualmente la clasificación.
La visita a Mendizorroza no es una cualquiera para Gaizka Garitano.
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