La muerte de Tomás Mantecón no borrará la huella que ha dejado en el fútbol y especialmente en la desaparecida Agrupación Deportiva Almería, a la que llegó sin hacer ruido para darle dos ascensos, honor y unión en el vestuario. Era un amigo en el vestuario y del Almería hasta el último de sus días, ya que allá donde jugaba un equipo de esta tierra de Madrid hacia el norte, allí se plantaba Mantecón para saludar a la expedición rojiblanca y a todo periodista almeriense que apareciera. Era muy amigo de José Miguel Fernández, maestro de la radio, y luego de todos los que le siguieron en Radio Juventud, Radiocadena y ahora Radio Nacional.
Siempre cercano con compañeros y afición dejó una huella imborrable como persona y como jugador siendo alto y fuerte, iba bien de cabeza y sabía dar la pelota con criterio. Firmó en Almería procedente del Ourense al que ascendió a Segunda División y lo primero que hizo fue ir a ‘Noche Deportiva’ para hablar con la afición. Mantecón vivía por y para el fútbol y logró ser feliz al calor de una ciudad tan pequeña y bonita en aquel 1975 como su León natal.
El Almería
Tomás Mantecón fue de los primeros futbolistas de aquel Almería con nombre compuesto. Vino conocido por el apellido y José Miguel le puso el nombre también. Cambió la verde Galicia por una Almería seca hasta en el terreno de juego. El Estadio de La Falange fue su primer campo y luego saltó al Franco Navarro con el ‘Caso Tarrasa’ ascenso a Segunda B y a la categoría de plata con Enrique Alés. Si había que ir a la radio era el primero en dar un paso y con su acento castellano hacía afición en las ondas. Valía para Segunda pero Maguregui cambió de planes y salía en el mejor momento de su carrera. Formó parte de aquel Almería que subió en Xerez haciendo un fútbol de fantasía con Enrique Alés en el banquillo. Enrique Alés, Vicente Dauder y Martín Doblado fueron sus entrenadores en aquella etapa gloriosa.
Su carrera
Era Tomás Mantecón Alonso un niño nacido en León en 1946 en el barrio de San Esteban. Jugaba en la calle y en los descampados hasta que a los 13 años compite con los Maristas y siendo juvenil en el San Esteban. El Júpiter de León le firmaba para competir en Tercera y de allí saltaba a la Cultural y Deportiva Leonesa. Tres años en el club de su ciudad y paso a Pamplona con Osasuna en Segunda. El Ourense se fijó en él y cuando acabó contrato en El Sadar se marchó a tierras gallegas para jugar en O Couto. Allí estuvo cinco años y sumó un ascenso a la categoría de plata antes firmar por el que iba a ser el club de su vida: el Almería.
Omnipresente
Solía bajar por Almería en los veranos y cuando cualquier club con sello almeriense pasaba de Madrid hacia el norte se ponía al volante para saludar a la expedición rojiblanca y sobre todo a la prensa para saludar por la radio a sus amigos de Almería: muchos. Tenía un negocio de hostelería en León y por allí pasaron sus buenos amigos de aquel Almería. Era fácil verlo con los Zapata, Doblado, Unamuno o Gregorio. Nunca colgó las botas y en el campo y fuera de él rebosaba nobleza y grandeza a partes iguales. Pasó por la vida haciendo amigos y conocerlo fue toda una experiencia, ya que como socio del Almería me tocó aplaudirle en el campo.
Mantecón ha muerto pero vive la leyenda.
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