Gaby inicia nueva etapa tras meses de conflicto con el Golf Playa Serena

Se ha trasladado al Club Náutico de Aguadulce tras liquidar la empresa del restaurante del club

Gabriel Martínez posa en el restaurante del Club Náutico, ante las vistas al Puerto. tyle>
Gabriel Martínez posa en el restaurante del Club Náutico, ante las vistas al Puerto. tyle>
Marta Rubí
01:00 • 26 may. 2014

Casi como una vuelta a empezar. Grupo de Restauración Gaby afronta una nueva etapa desde el Club Náutico de Aguadulce, de cuyo restaurante se ha hecho cargo y a donde ha trasladado su centro de operaciones. La ‘mudanza’, que se hizo efectiva en abril, llega tras meses de problemas con la directiva del Club de Golf Playa Serena, donde Gabriel Martínez comenzó su trayectoria hace ya 14 años. 




Un conflicto que Gaby describe como “un auténtico boicot” desde que el pasado noviembre el empresario pidiera concurso de acreedores para el restaurante, tras varios meses sin hacer frente al alquiler del espacio. Fue entonces cuando pidió al Club una rebaja en el precio mensual. “Entre alquiler y electricidad estaba pagando 250.000 euros al año, y no podía seguir así”, cuenta Martínez.




 




Denuncias El acuerdo no se produjo y comenzó así una guerra entre las dos partes que ha acabado con decenas de denuncias unos contra otros que aún se están resolviendo en los juzgados. El hostelero explica quesu intención era “salir bien” tras afrontar los compromisos de bodas y primeras Comuniones que ya tenía contratadas para 2014. Pero el impago provocó un duro conflicto. Dice Martínez haberse sentido “pisoteado, hundido”: “Me han amargado”.




En lo empresarial, denuncia distintos tipos de acciones que supuestamente tomó la directiva del club, como impedirle el acceso a lugares que el restaurante había usado hasta entonces para sus eventos, “se levantó el césped, se cerraron con soldadura puertas, se pusieron obstáculos en la entrada y hasta se impidió, con denuncias a la Guardia Civil, el uso de música; algo que va en contra de ellos mismos”, revela Gaby con denuncias en la mano, “porque los que opten a llevar el restaurante, si no pueden poner música...”, dice como “aviso a los compañeros”. Y en lo personal, se queja de los continuos ataques en las redes sociales de sus negocios y de haber sido incluso grabado con cámara oculta en un enfrentamiento verbal. 




Unos meses “muy, muy duros” que hicieron que la alarma saltara entre sus clientes, a los que no pudo atender en el Golf. “Quienes buscaban mi calidad han celebrado conmigo en otro sitio; quienes querían el espacio, se han ido”, dice con cierto pesar. “De las 55 bodas que tenía me quedé con diez, y de 150 Comuniones, he pasado a 15”.




La empresa, finalmente, está en proceso de liquidación, aunque Martínez confiesa que esperaba “que el proceso tardara más” y poder hacer frente al pago en 2014.  Gaby opera ahora desde la sociedad del Nagalu, que se mantiene en marcha, al igual que el catering, al que añade ahora el Club Náutico de Aguadulce. También ha tenido que reducir personal. “Antes tenía 30 empleados, ahora tengo diez”, añade.




 


Nuevo espacio Y con la “pena” de “haber acabado así después de 14 años de trabajo allí, de haber hecho un nombre del restaurante del Club de Golf”, buscó su nueva ubicación. “Ya había hablado con el Club Náutico antes de que comenzara todo esto, con la idea de colaborar en algunos eventos; así que se decidió que me instalara aquí”. 


El restaurante, en la segunda planta, tiene capacidad para 250 personas y está envuelto en ventanales que miran al Puerto y el mar, desde donde Gabriel Martínez ve para su trayectoria profesional un nuevo amanecer.



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