En el interior de Pasaje a los Tiempos

El redactor fue invitado a participar como uno de los personajes del concierto del pasado sábado en el Teatro Auditorio

Dos de los personajes se maquillan antes de salir a escena.
Dos de los personajes se maquillan antes de salir a escena.
Jorge Corpotich
12:12 • 28 oct. 2014

Viernes. Es viernes por la mañana, un día soleado, impropio de las fechas en las que estamos. Son las doce del mediodía. De repente suena mi teléfono móvil. “Hola Jorge, soy Rafa de la producción de la Universal Orchestra. Me han pasado desde el auditorio tu número. Verás, nos hace falta alguien que haga de Superman ¿Te interesaría?”. La atractiva idea de ver un espectáculo de tal calibre desde dentro hizo que mi voz sólo pudiera decir -“ sí, desde luego. Me encantaría”. Así comienza la historia.




 




Sábado  17 h. Llegamos al auditorio coincidiendo con la llegada de la Orquesta. Lo nuestro ha sido apenas cinco minutos de coche. Ellos, alrededor de cinco horas de autobús desde Gandía. El cansancio no les detiene para ponerse manos a la obra de forma inmediata. Hay que montar sillas e instrumentos para hacer la prueba de sonido y un ensayo general. Hay una dicotomía en su gesto, entre la fatiga y la ilusión. Todo listo.




 




18 horas.  Con una sincronización extraordinaria se van llenando los bares de alrededor para ver el clásico de fútbol español a la vez que los más de cincuenta músicos que componen la orquesta van ocupando sus respectivos territorios escénicos. Zonas de violines, chelos, percusión… La puerta se cierra y “se ruega no abrir”, rezaba en un cartel. Mientras, en el pasillo de camerinos con el traje de superhéroe en mano, empiezo a recibir las instrucciones de mi pequeña intervención.




 




19.35  horas.  Termina el ensayo general. Toca una ducha rápida y vestirse para el gran momento. Hay un bullicio inusual en los pasillos. Consultas de última hora, fumadores que buscan un poco de relajación, futboleros interesándose sobre el resultado del partido. En total más de setenta personas que esta gran producción tiene, con el añadido de los nervios previos. Pese a todo conseguimos hablar con José Martínez colominas, director de la Universal Orchestra. Nos dice que las partituras John Williams o James Horner  serán considerada en el futuro de la música clásica lo que las Mozart o Bach son consideradas hoy día por nosotros. De ahí el nombre del “Pasaje a los tiempos“. Se le nota motivado después de terminar la prueba de sonido, parece estar satisfecho con el resultado.




 


21.30 horas. Toda la orquesta esta vestida de un elegante e impoluto negro, tras la afinación de la concertino parece que está todo listo para arrancar, y lo hace a golpe de diligencia con los “7 magníficos”, film rodado en Almería. “Forrest Gump”, “Gladiator”, y “Parque Jurásico” les sigue. Las proyecciones no son de las propias películas, si no que siguen un guión uniendo las historias de las mismas con un denominador común basado en la solidaridad del ser humano, como nos explicaban momentos antes desde la propia productora.


Otros dos clásicos que no podían faltar como son “Titanic” y “Star Wars” hacen de preámbulo a unos de los momentos de la noche, el solo de violín de la concertino interpretando “La lista de Schindler”. Tras ello “Piratas del Caribe”, con una pelea de espadas en directo a cargo de dos de los miembros de la Escuela de Teatro de Roquetas que rompe con la posible monotonía de un concierto sinfónico. ”Memorias de una Geisha”, “Harry Potter”, “Lo que el viento se llevó”, y por fin “Superman”, momento de nervios en el que un servidor que les escribe tuvo una pequeña intervención interactuando con el mismísimo director de la orquesta.


Tras ellos dos últimos bises. Una exclusiva sorpresa con la interpretación de “Juego de Tronos” (nos apostillaron después que ha sido dificilísimo conseguir la partitura original. La encontraron en Estados unidos y les había llegado sólo dos días antes),y la marcha imperial de la “Guerra de las Galáxias”.


A las 23:30 es el fin del espectáculo, con una atronadora ovación hacia la Universal Symphony Orchestra. A la salida, los asistentes que quisieron pudieron tomarse una foto con el director y los diferentes personajes de las películas en el photocall.


Los músicos entretanto se reactivaban con una segunda ducha rápida. No había momento que perder, les esperaba otras cinco horas de viaje de vuelta, yéndose eso sí, con la satisfacción de un magnifico trabajo.



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