Ir de compras al mercadillo es un clásico en media provincia de Almería y una costumbre muy arraigada Sin embargo la crisis no es ajena a estos vendedores ambulantes, que han visto caer las ventas y el número de visitantes. A pesar de los indicios de recuperación económica, este año ha sido peor que el anterior en este sentido.
Juan Domene, que regenta la churrería de la entrada a la Avenida Unión Europea, y actúa como presidente de este colectivo, confirma que “este año las ventas están siendo peores que en 2013; la cosa no está muy allá”.
“El público es distinto que en la capital o en El Ejido”, cuenta Domene, que asiste también a estas localidades, pero que sin embargo afirma que tanto en el municipio ejidense como en Roquetas de Mar, es dónde se ha notado especialmente este descenso en las ventas durante los últimos meses.
“No estamos viendo a clientes de toda la vida que antes sí venían, a mujeres que antes sí compraban en estos puestos y que ahora no lo hacen”, apunta Domene.
La causa podría estar, en su opinión, en que la crisis ha provocado que muchas personas, en especial entre las mujeres, hayan tenido que volver a trabajar, en algunos casos en trabajos relacionados con el campo o la agricultura, lo que les impediría comprar en el mercadillo.
Turismo pesetero
El verano tampoco ha sido especialmente notable para los casi 250 vendedores que se dan cita cada jueves en el mercadillo de Roquetas de Mar, ya que “hemos tenido un tipo de turista muy pesetero, un turista que no nos conviene”, según Domene.
El comerciante asegura que los visitantes que ha recibido Roquetas durante el periodo estival apenas gastan en los puestos, sino que se dedican más que nada a pasear y echar un ojo antes que a adquirir cualquiera de las mercancías puestas allí a la venta.
Algo parecido ocurre en estos momentos con los usuarios del Imserso, que empiezan a llegar al municipio dentro del programa vacacional público, y que “vienen, compran si acaso un regalo, se toman un refresco a última hora y se van. Tampoco es que dejen mucho”.
En principio, los comerciantes del mercadillo de Roquetas de Mar no tienen grandes quejas sobre los servicios que tienen a su disposición y parecen estar contentos con las instalaciones puestas a su disposición por el Ayuntamiento.
Renovaciones
En diciembre llega el momento para que renovar las licencias de estos casi 250 puestos, que tienen aproximadamente una media de 8 metros por cabeza, y toca realizar un pago de alrededor de los 300 euros para el primer semestre.
“Tenemos pocas quejas, lo que hemos ido pidiendo nos lo ha ido dando el Ayuntamiento y ahora mismo no hay ningún tema en marcha”, dice Domene, que destaca la buena vigilancia y la posibilidad de utilizar equipos móviles para los servicios de los puestos de venta.
Sin embargo, algunos de los vendedores de productos cárnicos y de alimentación agradecerían más puntos de agua y luz con los que poder ofrecer una mejor atención a sus clientes, si bien se muestran contentos con las posibilidades que oferta este mercadillo.
Expectativas
Parece cierto, como aseguraba a principios de año el concejal del Área, Nicolás Manzano, que los mercados y mercadillos roqueteros son “un importante atractivo para los turistas” pero, desgraciadamente, esto no se ha traducido en un mayor número de ingresos.
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