Francisco G. Luque
20:20 • 16 oct. 2023
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actualizado a las 22:48 • 17 oct. 2023
Con los termómetros bajando tras un verano que parecía infinito, el otoño asoma en Almería superando el ecuador de este mes de octubre. Llega por fin la época de los colores cobrizos en la vegetación, del cambio de ropa en los armarios, las ganas de encender la chimenea en una escapada a una casa rural y la recolección de uno de los productos estrella de estas fechas: las castañas.
Ya pueden encontrarse en casi todos los supermercados y negocios de frutas y verduras desde hace un par de semanas, pero no hay nada mejor que planear con la familia o los amigos pasar el día en plena naturaleza para conseguir sobre el terreno este sabroso botín, a la vez que se disfruta de entornos privilegiados y preciosos por estas fechas.
En la provincia de Almería son de sobra conocidas ya las dos zonas en las que abundan los castaños, ubicadas en la Alpujarra, en Sierra Nevada. A ellas acuden cada año cientos de personas para buscar y llevarse este fruto sin ser conscientes de que muchos de esos castaños tienen propietarios y estos se ven perjudicados por esta llegada masiva de senderistas y familias que esquilman dichos árboles.
Alpujarra
Bayárcal y Paterna del Río son los dos lugares en los que más recolectan este fruto otoñal en territorio almeriense. Sus zonas de castaños son bastante visibles y accesibles, ya que por ambas cruzan rutas que invitan a calzarse las deportivas, ponerse ropa cómoda y meter agua y fruta en la mochila para recorrer parajes de extraordinaria belleza tanto por el Sendero del Agua (Paterna), que atraviesa en sus 12 kilómetros el mejor castañar de toda la provincia, como por la Senda de los Molinos (Bayárcal), que tiene un recorrido de 5 kilómetros y también cuenta con castaños.
Los propietarios hacen, un año más, un llamamiento para “que respeten el fruto y disfruten de la zona sin cogerlo, a no ser que se los encuentren ya caídos sobre la senda”. Además, la climatología de este año no ha sido idónea para que haya una buena producción como la de años anteriores, por lo esperan una mala cosecha y hacen hincapié en que las personas que pasen por estos parajes “pueden echarse el bolsillo alguna, que las prueben frescas, pero que no llenen bolsas porque muchos nos gastamos el dinero en mantener esos castaños”. Así, el caminante debe cerciorarse de que a la hora de recolectar el fruto no lo haga en terrenos privados.
Escasos
En otros lugares de la geografía almeriense también hay castaños, aunque contados, en las cabeceras más húmedas de arroyos y barrancos, como por ejemplo en Laujar de Andarax, recorriendo el Sendero del Aguadero, aunque están dispersos y la gran mayoría en lugares de muy difícil acceso. Esto también ocurre al otro lado de la montaña, en la Comarca del Nacimiento, donde hay en algunos parajes de Fiñana, Abla y Abrucena, pero muchos de ellos en terrenos de particulares y además no son nada fáciles de localizar.
Se conoce también la presencia de otros, en este caso ‘públicos’ en varios puntos en Los Filabres: cerca de Velefique y en Gérgal, en zonas de sierra. Son lugares recomendables para dar una caminata y conocer la zona, pero no si la idea es lograr llenar un saco de castañas en una jornada de recolecta. Para ello lo idóneo es desplazarse hasta famosos castañares que están a poco más de una hora de la capital almeriense, pero en la provincia vecina.
Provincia vecina
Hay interesantes enclaves en territorio granadino. Destacan el Área Recreativa La Rosandrá, en Aldeire, por donde transcurre el río Benéjar. También hay una destacable concentración de castaños en el Arroyo de Jerez, antes de entrar al pueblo por la carretera de la Fuente Terrones, que es una zona perfecta para fotografiar en otoño, con idílicas estampas de una vegetación del color del cobre y toda la carretera cubierta de hojas.
Cuidado a la hora de coger el 'erizo'
Realizar la labor de la recolección no necesita mucha ciencia, pero sí un mínimo de sentido común. El fruto está dentro de una especie de bola de pinchos que se conoce como erizo. Cuando el fruto está maduro esta envoltura resistente y espinosa cae del árbol y es del suelo donde hay que cogerlas, evitando, claro está, recolectarlas en terrenos privados o de castaños que se conozcan que tienen propietarios particulares.
El uso de guantes es necesario para no pincharse con el erizo, que se puede abrir en el momento de recogerlo para sacar las castañas, incluso pisándolo con cuidado para romper la cobertura. Cabe recordar que las castañas también se han abierto paso en el vocabulario local: una persona que “tiene castañas” es alguien con quien es difícil tratar. Las propias castañas, como bien se ha explicado anteriormente, no son fáciles de recoger.
Algo que es clave y que no suele hacer mucha gente es llevar un cesto de mimbre para que las castañas recolectadas respiren. Meterlas en bolsas de plástico, sin airear, hará que se pudra este fruto que a veces lleva en su interior a algún intruso como un gusano. Una vez sacadas las castañas del erizo hay que observar que estén bien formadas y que no hayan sido perforadas por insectos o tengan mal aspecto.
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