Coronación se recrea en su barrio de Los Molinos

Un año más, y ya van veinticuatro, el barrio de Los Molinos se ha volcado con su hermandad de Coronación en su salida a la calle, al igual que sus vecinos hacen durante todo el año.

Aquel proyecto que inició José Manuel Soriano, al que se fueron sumando con muchas ilusiones Cándida, Roberto Vivente y otros pocos vecinos del barrio, es actualmente toda una realidad y una valentía: recorrer una larga distancia hasta el centro durante más de ocho horas.

Había muchos, entre ellos la autoridad eclesial de entonces, directivos de otras cofradías y demás, que no apostaban por ellos. Se les pusieron muchas zancadillas, desde dentro y desde fuera, y tuvieron hasta que irse de la parroquia y refugiarse en la diminuta Ermita de San Antón, donde se llevó a cabo la bendición del Cristo de la Humildad y Paciencia, la misma que han tenido sus cofrades.

Por lo que los que iniciaron aquel proyecto, los que ya no están entre nosotros y los que se han incorporado después, tienen un enorme mérito, así lo recordaban Roberto y José Soriano, minutos antes de la salida.

Reflexión espiritual
Poco después, con el cortejo ya conformado en el interior del tiempo, con suficiente tiempo de antelación y en orden, tenía lugar un acto de reflexión espiritual, en el que intervino en primer lugar la diputada mayor Dolores Céspedes, que recordó las palabras del Papa Francisco en las que llama a los cristianos a “acrecentar el fervor y tener alegría por la evangelización”.

Por su parte, el párroco Ramón de las Heras ha invitado a los presentes a participar en el Triduo Pascual que comienza el Jueves Santo.

A continuación se han vivido momentos muy álgidos, en los que se han derramado ríos de lágrimas, cuando el capataz, Francisco Javier Giménez, ha recordado a Estefanía, joven costalera fallecida, a la que ha dedicado la levantá y un padrenuestro. También se le ha recordado con un lazo negro en el farol delantero.

Más calmados los ánimos se han abierto las puertas del templo y un gentío expectante aguardaba la salida de los titulares de la hermandad.

Cuando el paso del Cristo de la Humildad, portado exclusivamente por mujeres, ha comenzado a salir se ha producido un profundo silencio, que se ha convertido en lágrimas y sollozos una vez en la calle. La Virgen de Coronación ha desatado pasiones y recibido numerosas ofrendas de flores y piropos en la salida, y durante el recorrido por el barrio.